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Opinión

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Consenso de Washington

En 1989, Williamson hizo una lista de 10 políticas para América Latina; la primera encomienda debe aplicarse en Estados Unidos ahora.

Vértigo y peligros . Estas palabras están en un encabezado de The New York Times cuando el rotativo informó: Una de las semanas más tumultuosas en Wall Street finalizó el viernes con los mercados no muy lejos de donde empezaron, pero con preocupaciones acerca de la economía de Estados Unidos y la misma amenaza de una crisis financiera en Europa .

Estados Unidos y varios países europeos necesitan poner en orden sus finanzas públicas. Según el Fondo Monetario Internacional ( Fiscal Monitor , junio del 2011), en el 2010 la deuda bruta del gobierno general y el déficit fiscal en las economías avanzadas fueron equivalentes a 96.8% y 7.5% del PIB. En contraste, en los países emergentes los porcentajes fueron mucho menores (35.3% y 3.7 por ciento).

El déficit en Estados Unidos pasó de 6.5% del PIB en el 2008 a 10.3% en el 2010; en Francia, de 3.4% a 7.1%; en España, de 4.2% a 9.2%. En Italia, la deuda bruta del gobierno general representó 119% de su PIB en el 2010.

El 12 de agosto pasado C. Fred Bergsten, director del Peterson Institute for International Economics (Washington), en un discurso afirmó lo siguiente: Estos países emergentes y en desarrollo de hecho ahora están creciendo tan rápidamente -a pesar de la lentitud continua de las tres zonas económicas ricas- que sus prioridades de política inmediatas son prácticamente opuestas a las nuestras. Buscamos desesperadamente maneras para acelerar el crecimiento y crear empleo, pero nuestro déficit y deuda excesivos nos obligan a adoptar políticas restrictivas.

En agudo contraste, ellos cada vez más necesitan limitar sus expansiones para evitar inflación excesiva y el riesgo de nuevas burbujas financieras, pero tienen posiciones fiscales y monetarias fuertes que les permitirán acelerar el paso de nuevo si fuera necesario .

En relación con el problema actual de la deuda pública de Estados Unidos, días antes Carmen M. Reinhart (2 de agosto), en un análisis difundido por el mismo instituto, planteaba la posibilidad de que la calificación crediticia del gobierno estadounidense disminuyera.

En el 2004, John Williamson, del entonces Institute for International Economics (IIE), presentó en Barcelona un trabajo titulado A Short History of the Washington Consensus. En 1989 él había acuñado el término Consenso de Washington .

Fue en un documento para una conferencia convocada por el IIE con el fin de examinar en qué medida las viejas ideas de la economía del desarrollo que habían gobernado la política económica latinoamericana desde los años 50 habían sido desplazadas por el conjunto de ideas aceptadas desde hace tiempo en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Williamson hizo una lista de 10 políticas para América Latina. Las etiquetó como Consenso de Washington , pues pensaba que en Washington, lugar de la conferencia, más o menos todos estarían de acuerdo.

Las tres primeras propuestas fueron las siguientes: a) disciplina fiscal (en América Latina casi todos los países tenían grandes déficit); b) reordenamiento de las prioridades del gasto público (subsidios a la salud y la educación e infraestructura; para lograr la disciplina fiscal, toda la carga no debía estar en la reducción del gasto; por el contrario, la intención era ser estrictamente neutral acerca del tamaño deseable del sector público), y c) reforma tributaria (un sistema fiscal que combinara una base tributaria amplia con tasas impositivas marginales moderadas).

fnunez@eleconomista.com.mx

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