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Aristegui ?y su caravana ?de falsedades
En el nombre del periodismo, a veces se crean escenarios para desacreditar al otro aunque no tengan soporte informativo. Eso es lo que sucede con el trato que el noticiero radiofónico matutino de MVS ha dado a las camionetas que, con el logo de Televisa, restos de cocaína y 9 millones 200,000 dólares, fueron detenidas en Nicaragua el 24 de agosto pasado.
Desde entonces y mediante la proclama La caravana de Televisa , la emisión conducida por Carmen Aristegui tiene la consigna de señalar la probable participación del consorcio en la delincuencia. En octubre, ofrecimos ejemplos exhaustivos de los recursos empleados para ello, entre los que también anotamos la falta de ética que no integra el parecer del otro a quien se acusa y que, ahora, no contempla incluso el derecho de réplica de Televisa.
Esa forma de hacer periodismo (por llamarle de algún modo) se respalda en audiencias que, más que exigir datos o testimonios verificados, están dispuestas a creer -como si éste fuera un asunto de fe- y, entonces, a respaldar las acusaciones aunque no tengan bases, así como a insultar -sino es que a difamar- a quienes señalan la precariedad ética y profesional de aquella encomienda.
Poco a poco, sin embargo y de manera contundente, ha quedado claro que todo esto trata de un grupo de criminales que durante un tiempo se escudaron en la imagen de Televisa para delinquir. Y, con ello, también se han rebasado las sentencias del tribunal mediático:
El 1 de noviembre, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informó que, según su investigación: los vehículos no son propiedad de Televisa ni de ninguna de sus filiales y el día 7 del mismo mes notificó lo mismo la Procuraduría General de la República.
No obstante, en el noticiero de MVS ahora se acude al resquicio de dudar de la probidad de las indagatorias de las autoridades, además de cifrar expectativas en la próxima resolución de las autoridades de Nicaragua. Ese activismo explica que, el jueves pasado, se advirtiera que entre los números telefónicos de los móviles confiscados el 24 de agosto se encontraba el de Amador Narcia, vicepresidente de información de Televisa, y otro que supuestamente remitía a la oficina de Televisa (aunque, en realidad, corresponde a un aparato celular). El noticiero de Aristegui, sin embargo, prescindió del parecer del directivo de la empresa y de verificar el origen de las líneas telefónicas. Al respecto, ese jueves Televisa emitió un comunicado que MVS no informó, aunque con ello transgrediera el derecho de réplica y privara a la audiencia de ese parecer.
La evaluación que hacemos de los contenidos de ese programa de radio es parte del trabajo al que nos dedicamos y lo seguiremos haciendo. Nos anima el intercambio que tenemos con los lectores en ése y en otros temas porque tenemos la seguridad de que el monitoreo de todos los medios contribuye a una mejor calidad del periodismo mexicano. Las invectivas que ello genera sólo muestran orfandad ética e intelectual.