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Seguridad fronteriza, una bonanza armamentista
El reciente anexo del proyecto de ley para una reforma migratoria integral requeriría el gasto de 38,000 millones de dólares en helicópteros y equipo específico.

El plan de seguridad fronteriza que el Senado aprobó la semana pasada incluye un lenguaje inusual que ordena la compra de determinados modelos de helicópteros y equipos de radar para su despliegue a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, hecho que proporciona una posible fuente de ganancias por valor de decenas de millones de dólares para los principales contratistas de defensa en Estados Unidos.
La legislación requeriría que la Patrulla Fronteriza estadounidense adquiera, entre otras cosas, seis sistemas de radar aéreo, fabricados por Northrop Grumman, que cuestan 9.3 millones de dólares cada uno; 15 helicópteros Sikorsky Black Hawk con un valor promedio superior a los 17 millones de dólares cada uno; y ocho helicópteros ligeros, hechos por American Eurocopter, que se venden por alrededor de 3 millones de dólares cada uno.
La legislación también requiere 17 helicópteros UH-1N manufacturados por Bell Helicopter, un antiguo modelo que la empresa ya no fabrica.
Los grupos de vigilancia y los críticos afirmaron que éstos y otros requisitos detallados crearían un preocupante final en todo el proceso de licitación, además de tener una reminiscencia de la antigua práctica de la asignación directa -partidas presupuestales que los legisladores insertan en la legislación en favor de proyectos o destinatarios específicos. En los últimos años, el Congreso había suspendido las asignaciones directas.
El lenguaje en cuestión se ha incluido en un paquete de seguridad fronteriza por 46,000 millones de dólares, que el Senado aprobó la semana pasada como parte de un proyecto de ley migratoria integral. El llamado incremento fronterizo -38,000 millones de dólares de gasto adicional- se añadió en la última semana de negociaciones para atraer más apoyo republicano hacia la medida, que fue aprobada con 68 votos, incluidos 14 de los republicanos.
La legislación gastaría 30,000 millones en la próxima década para contratar a más de 19,000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza, un compromiso que duplicaría el tamaño de dicha agrupación y que muchos expertos en migración consideran inútil e innecesario.
La medida también dedicaría 7,500 millones de dólares para construir 563 kilómetros de muro a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos y 4,500 millones de dólares más para comprar nueva tecnología fronteriza. La legislación también tendría que ser implementada plenamente junto con un visado electrónico y sistemas de verificación de empleo, antes de que los inmigrantes puedan recibir sus tarjetas de residencia o green cards.
Los senadores republicanos Bob Corker y John Hoeven, que copatrocinaron el plan, afirmaron que las disposiciones tenían por objeto apaciguar las preocupaciones de los republicanos, quienes desconfían de la oferta de un camino a la ciudadanía sin la existencia medidas de seguridad fronteriza más duras.
El equipo de vigilancia solicitado
- 15 helicópteros Sikorsky Black Hawk con un costo aproximado por unidad de 17 millones de dólares.
- 6 radares aéreos fabricados por Northrop Grumman con un valor estimado en 9.3 millones de dólares cada uno.
- 8 helicópteros ligeros, manufacturados por American Eurocopter, que se venden por alrededor de 3 millones de dólares por unidad.