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Liz Truss, contra las cuerdas; continúan las renuncias
Primero sacrificó a su ministro de Finanzas Kwasi Kwarteng por su fallido programa fiscal, ahora dice adiós la ministra del Interior.

Truss se enfrentó a una estridente sesión de preguntas al primer ministro en el Parlamento
Londres. La primera ministra británica, Liz Truss, en la cuerda floja tras seis semanas en el poder, sufrió un nuevo revés el día de ayer con la dimisión de su ministra de Interior, Suella Braverman.
Braverman, considerada del ala dura del partido conservador en el poder, ha sido ministra de Interior apenas 43 días y su salida del ejecutivo de Truss ahonda la crisis gubernamental iniciada el mes pasado con el anuncio de un desastroso paquete económico.
La responsable de Interior alegó como motivo para su dimisión haber usado su cuenta de correo personal para enviar un documento oficial a un colega, un "error" y una "infracción técnica" por la que aceptaba su "responsabilidad", pero también aseguró que le preocupaban "seriamente" las políticas del gobierno.
"Fingir que no hemos cometido errores, actuar como si nadie pudiera ver que los hemos cometido y esperar que las cosas salgan bien por arte de magia no es una política seria", escribió.
Grant Shapps, exministro de Transporte con Boris Johnson y apoyo de Rishi Sunak (el otro candidato a liderar a los Tories que perdió frente a Truss) fue nombrado, horas después, como sustituto de Braverman.
Con este nombramiento, la primera ministra aprovecha para mostrar la apertura que se le acusa de perder desde su llegada al poder.
El drama más reciente que ha afectado a un Gobierno británico ocurre apenas unas horas después de que Truss se enfrentó a una estridente sesión de preguntas al primer ministro en el Parlamento, por primera vez desde que Hunt desechó la mayor parte de su plan de reducción de impuestos.
A la pregunta del líder del Partido Laborista, Keir Starmer, de por qué debería seguir en el poder, dijo: "Soy una luchadora y no me rindo".
"He sido muy clara al decir que lo siento y que he cometido errores", dijo Truss a legisladores de la oposición que la abucheaban en el Parlamento. "Soy alguien que está preparada para dar la cara. Estoy preparada para tomar las decisiones difíciles".
La primera ministra fue recibida con risas, abucheos y mofas, especialmente cuando dijo al Partido Laborista de la oposición que tenía que comprender la realidad económica.
"¿Por qué sigue aquí?", la interpeló el jefe de los laboristas Keir Starmer.
“Avergonzado”
Algunos legisladores de su propio partido no estaban convencidos. El conservador William Wragg dijo que había presentado una moción de censura a la primera ministra, uniéndose a un puñado de otros que han pedido que se vaya.
Wragg dijo que se sentía "avergonzado" de enfrentarse a los votantes tras el llamado minipresupuesto.
"No creo que lanzarnos a una nueva campaña, deshaciéndonos de otro primer ministro, vaya a convencer a los británicos de que pensamos en ellos ni que vaya a tranquilizar a los mercados”, advirtió el ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly.