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Geopolítica

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Ataques de rebeldes dejan 74 muertos en Uganda

Rebeldes islámicos somalíes de Al Shabaab se adjudicaron los atentados en dos restaurantes, donde decenas de hinchas observaban la final del Mundial de futbol.

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Kampala.- Rebeldes islámicos somalíes se adjudicaron el lunes dos ataques con bomba ocurridos en la capital de Uganda, Kampala, donde murieron 74 hinchas de fútbol que habían acudido a restaurantes para ver la final de la Copa del Mundo.

Las explosiones ocurrieron en los últimos minutos del partido de fútbol del domingo en un restaurante repleto y un club de rugby en la capital ugandesa.

Militantes somalíes de Al Shabaab han amenazado con atacar Uganda por enviar fuerzas de paz al anárquico país para apoyar al Gobierno respaldado por Occidente.

En Mogadiscio, el grupo amenazó con más ataques a menos que Uganda y Burundi retiren sus cuerpos de paz.

"Al Shabaab estuvo detrás de las dos explosiones con bombas en Uganda", dijo a medios el portavoz jeque Ali Mohamud Rage.

"Estamos enviando un mensaje a Uganda y Burundi: Si no sacan sus tropas AMISOM de Somalia, las explosiones continuarán, y ocurrirá en Buyumbura también", agregó.

Al Shabaab combate contra el Gobierno somalí y dice tener vínculos con la red sunita Al Qaeda.

Felix Kulayigye, portavoz del Ejército, declaró: "En uno de los lugares, investigadores identificaron una cabeza cercenada de un ciudadano somalí, que sospechamos podría haber sido un atacante suicida con bomba (...) Sospechamos que se trató de Al Shabaab porque han estado prometiendo esto desde hace tiempo".

FBI investiga

El inspector general de la policía, Kale Kayihura, dijo que agentes habían hecho algunos arrestos, pero no entregó detalles. Informó que la policía comenzó a revisar la seguridad en lugares públicos.

Burundi, que también contribuye con soldados a la misión de paz, aumentó la seguridad, dijo un portavoz militar en la capital Buyumbura.

Entre los muertos se encontraba un estadounidense. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó lo que llamó ataques cobardes, y la Casa Blanca dijo que la Oficina Federal de Investigación (FBI por su sigla en inglés) ayudará en el caso.

Uno de los ataques tuvo como blanco el restaurante Ethiopian Village, en el distrito Kabalagala, un importante lugar de la vida nocturna local que estaba repleto de hinchas de fútbol y es popular entre extranjeros. La segunda detonación ocurrió en un club de rugby donde también se veía el partido.

Los ataques coordinados han sido característicos de Al Qaeda y grupos ligados a la red de Osama Bin Laden.

Entre los muertos había al menos 60 ugandeses, una irlandesa y 11 etíopes y eritreos. Dos aún no han sido identificados.

El Departamento de Estado estadounidense sostuvo que un ciudadano estadounidense murió y cinco resultaron heridos. La entidad de caridad estadounidense Invisible Children dijo que uno de sus miembros, Nate Henn de Wilmington, Delaware, falleció en la explosión del club de rugby.

"Acto cobarde"

El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, visitó el club de rugby.

"Esto les muestra la criminalidad y el terrorismo sobre el que he estado hablando", dijo Museveni. "Si quieren pelear, vayan y busquen soldados, no ataquen con bombas a personas que miran futbol", agregó.

Por su parte, Bereket Simon, jefe de información del Gobierno etíope, dijo a Reuters que "este es un acto cobarde de los terroristas de Al Shabaab".

Tropas etíopes invadieron Somalia en el 2006 para derrocar a un movimiento islamista en Mogadiscio. La campaña avivó una insurgencia islámica que aún sigue activa.

Los sobrevivientes, que minutos antes disfrutaban de los últimos momentos de la final entre España y Holanda, quedaron aturdidos en medio de cadáveres y sillas tiradas.

"Estabamos aquí viendo (el partido de) fútbol y cuando faltaban tres minutos para que concluyera se produjo una explosión", dijo el testigo Juma Seiko en el club de rugby.

Policías fuertemente armados acordonaron los lugares de las explosiones e hicieron una revisión con perros sabuesos, mientras sobrevivientes sacaban a heridos de los escombros.

Uganda, la tercera economía más grande del este de Africa, atrae miles de millones de dólares en inversión extranjera, especialmente en su sector petrolero y los mercados de deuda gubernamental.

Pero los inversores en Uganda y la vecina Kenia, que comparten una frontera en buena parte porosa con Somalia, a menudo citan la amenaza de milicianos islámicos como una preocupación seria.

El chelín ugandés cayó levemente ante el dólar el lunes.

Residentes somalíes de Kampala dijeron que temían una reacción violenta.

"Tenemos miedo y estamos encerrados en nuestras casas hoy", dijo Bisharo Abdi, un refugiado somalí. "Algunos ugandeses están diciendo 'Maten somalíes'", indicó.

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