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La transformación de la abogacía

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La economía colaborativa es un concepto que existe en el mundo desde tiempos remotos en los que los consumidores hacían un intercambio o trueque entre ellos, de ahí que también se le conozca como peer-to-peer economy. En la actualidad, y sobre todo en la última década, la economía colaborativa se ha vuelto más relevante gracias a la tecnología, ya que varias empresas han decidido apostar (muchas exitosamente) a desarrollar este modelo de negocios y poner al alcance de los consumidores plataformas o aplicaciones que faciliten (o simplifiquen) el intercambio de bienes y servicios. La popularidad de estos sistemas y su alto uso en nuestro día a día ha generado la necesidad de crear nuevas leyes y reglamentos que permitan no solamente el desarrollo de la tecnología para el beneficio social, sino también para las ciudades. Hoy vivimos en una época en la que, como abogados, debemos contribuir al desarrollo de nuevos modelos legales.

El mundo está experimentando un rediseño de su propio estilo de vida provocado no sólo por los modelos de negocios, sino también por factores como el cambio climático, los cambios en la política y la economía, y el rol de los abogados está evolucionando de la mano de este rediseño. El rol de los abogados de empresa en el contexto de las economías colaborativas ha transicionado de ser un tradicional abogado in-house corporativo y transaccional a convertirse en un abogado creativo, propositivo e ingenioso, que debe trabajar con los recursos que tiene disponibles. El conocimiento legal no es suficiente para ser un abogado exitoso en una empresa de la economía colaborativa, ya que es difícil que como abogados contemos con experiencia previa en temas que son en su mayoría novedosos, por lo que el pensamiento crítico juega un rol importantísimo al igual que la capacidad de reacción en escenarios desconocidos, el buen juicio y la lógica jurídica.

El día a día de un abogado in-house exitoso incluye trabajo en contextos cambiantes y conocimiento y aplicación básica de, entre otras, las siguientes materias:

  • Diseño y elaboración de contratos
  • Conocimiento del contexto regulatorio del país o región
  • Estructura corporativa de la entidades
  • Conocimientos básicos de impuestos internacionales
  • Regulación laboral local
  • Manejo de propiedad intelectual y
  • Conocimiento de leyes y regulaciones locales de la industria, producto o servicio relevantes

Naturalmente, es imposible ser experto en todas las materias legales relevantes para una empresa, por lo que, para un abogado in-house es vital contar con el apoyo de abogados y asesores externos que sean expertos en alguna materia cuando así se requiera. Lo anterior crea una característica más que debe tener un abogado in-house: debe ser un excelente coordinador y administrador de sus asesores externos. Nadie conoce mejor a su negocio que el propio abogado in-house, por lo que una de sus tareas y retos como coordinador de asesores externos es la de sensibilizarlos y transmitir de manera clara lo que se está buscando de su trabajo: el nivel de riesgo que se está dispuesto a tomar, la existencia de algunos otros factores de contexto y, muy importante, el actuar siempre de conformidad con los valores y misión de ésta. Un abogado in-house es también un embajador de la legalidad y de los valores propios de su empresa, por lo que siempre será invaluable que éste lleve a cabo el trabajo de velar por ellos y promoverlos, lo cual sin duda, hará que su trabajo cumpla con su objetivo final: dar un valor agregado al negocio.

La autora es Senior Legal Counsel en Airbnb México.

nancy.verastegui@airbnb.com

nancyverastegui

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