Buscar
El Empresario

Lectura 5:00 min

¿El líder nace o se hace? 7 pasos para liberar el potencial

Un líder no tiene que ser una persona extravagante o famosa, sino que se caracteriza por priorizar las necesidades y promover el desarrollo de los demás. 

main image

LiderazgoShutterstock.

Andrea Salvador Pérez

Cuando una persona tiene a su mando a un equipo por primera vez, es común que no cuente con habilidades que caracterizan a un líder, pero es posible poner en práctica estrategias para su formación. 

Por ello, cuando una persona basa sus principios y valores en el liderazgo, en el fondo tiene un espíritu de cooperación, en el que logra que las personas no pierdan su individualidad, pero sí su individualismo.

No cabe duda de que la senda del auténtico liderazgo es muy exigente, porque nos pide dar de nosotros lo mejor y poner a dormir esa parte que aunque también es nuestra, sólo manifiesta una voluntad de dominio y de poder”, señala Mario Alonso Puig, autor del libro Madera de líder.

¿Por qué el mundo necesita líderes?

Más allá de un cargo en una empresa, un líder se distingue por tener en cuenta los sentimientos y necesidades de quienes lo rodean, busca ayudarlos a crecer y felicitar sus logros, es decir, una persona que dé ese empujón que otros necesitan, sin buscar nada a cambio.

Por ende, todos pueden ser líderes dentro de la vida cotidiana, desde aquel maestro que se preocupa por el desarrollo de sus alumnos y los motiva con sus intereses o un compañero en el trabajo al que todos buscan en caso de un problema.

De manera que, lo que comparten en común los líderes no es una situación académica, sino que todos tienen el propósito de ayudar a otros en los buenos y malos momentos. “Un líder no se plantea, de entrada, cómo hacer las cosas, sino que siente con intensidad lo que quiere lograr y por qué quiere lograrlo. Podríamos decir una vez más que lo que el corazón quiere sentir la mente se lo acaba mostrando.

Consideraciones antes de ser un líder

Cuando se aspira a ser un líder no debe confundirse con el reconocimiento y que habrá miles de seguidores como si se tratara de una celebridad. Por ello, el autor explica que primero hay que cruzar el umbral del egoísmo.

Mario Alonso Puig puntualiza en que no puede “crearse un verdadero liderazgo, si no somos conscientes de que la generosidad es la base de la cooperación. Dar a otros, primero ‘raíces para crecer’ y después ‘alas para volar’ es la expresión de un verdadero líder.

Asimismo, se requiere de humildad, valentía y alto nivel de compromiso, debido a que muchas veces para encontrar el camino, es necesario hacer cosas que salen de la zona de confort.

Aunado a que para comenzar a ser un líder se requiere de la autorreflexión y aceptar verdades incómodas, cómo reconocer qué nos hiere, nos hace frágiles y vulnerables.

El reconocimiento de la propia fragilidad y vulnerabilidad, no sólo no es expresión de blandura, sino que es manifestación de valentía y de firmeza”.

7 pasos para ser líder

Para comenzar a fortalecer las habilidades blandas que caracterizan al liderazgo auténtico, el autor propone un programa de entrenamiento basado en preguntas que ponen en marcha el reconocimiento de emociones y estimular la reflexión.

Dicho entrenamiento consiste de siete pasos:

» 1. Evaluar y definir la meta semanal: Establecer una meta clara y específica, pero al ser un ejercicio que requiere mucha reflexión, se pueden nublar las ideas o sobresaturar de información, por ello el líder se puede apoyar de las siguientes preguntas: 

  • ¿Qué podría ser apasionante en mi vida? 
  • ¿Qué me ilusionaría?
  • ¿Qué me enorgullecería lograr?

» 2. Definir la altura del desafío y la mentalidad para afrontarlo: Considerar que a pesar de que las circunstancias no sean fáciles desde el inicio, es importante mentalizarse que poco a poco se puede lograr.

En caso de querer abandonar las metas, primero se plantea lo siguiente: ¿dónde podría llegar si colocara mi sueño por encima de mis dudas y supiera que tengo la capacidad para alterar las circunstancias que me rodean?

» 3. Determinar el sentido de los objetivos: Reflexionar sobre el impacto que tiene cada objetivo semanal y en qué consiste. Por eso, las preguntas clave para este paso son: ¿cómo van a influir mi visión, mi misión y mis valores en las decisiones que tomé esta semana para conseguir mis objetivos? y ¿he determinado de entre todos mis objetivos para esta semana cuál es el que más me importa?

» 4. Planear una estrategia: Se aconseja escribir en una agenda las metas durante la semana, para tener constancia y no perder la disciplina. Al terminar la semana, se revisan los resultados para analizar si se pueden cambiar y mejorar los procesos para cumplir con los objetivos.

» 5. Revisar los resultados: Después de terminar la semana la reflexión es importante y una manera de apoyarse es cuestionarse ¿qué objetivos he conseguido?, ¿qué me ha dado la capacidad para conseguirlos?

» 6. Evaluar los resultados con los demás: Este paso implica ser observador con todas las personas con las que interactúan día a día y de ser posible obtener retroalimentación. Cabe mencionar que el líder tiene que tener apertura y no tomarse las cosas personales.

» 7. Descubrir cómo ser más eficiente: El último paso es descartar los procesos que no funcionaron e intentar hacer cosas nuevas, salir de la rutina a pesar de que sea complicado al inicio, pero es posible adaptarse.

Temas relacionados

Andrea Salvador Pérez

Periodista de la sección El Empresario. Especializada en temas de emprendimiento, pymes, management, cultura laboral y crecimiento empresarial.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete