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Selección de Irán bajo observación política
El entrenador Carlos Queiroz se ha enfrentado a la presión política de un país que vive en crisis social por el apoyo al movimiento de las mujeres iraníes y en tensión internacional.

Selección nacional de Irán. Foto: Reuters
Presión política sobre el futbol. La selección nacional de Irán que enfrentará a Inglaterra, Gales y Estados Unidos en el Mundial de Qatar se encuentra bajo la crítica de su gobierno, que no ha mirado con buenos ojos que algunos jugadores apoyen el movimiento de las mujeres iraníes.
El entrenador Carlos Queiroz se ha enfrentado a la demora para confirmar a los convocados, incluso, se canceló la rueda de prensa del domingo. Algunos medios iraníes apuntan que esto es resultado de la presión de la federación iraní de futbol sobre Queiroz para que despidiera al delantero Sardar Azmoun y a varios de los jugadores que hicieron comentarios públicos contra el gobierno. Una corriente de protestas nacionales siguen su curso en Teherán por la muerte de Mahsa Amini, una mujer iraní kurda de 22 años, que fue golpeada hasta la muerte bajo custodia policial en septiembre pasado, después de su arresto por violar las reglas sobre el velo obligatorio.
Queiroz tenía una idea bastante clara de en qué se inscribía en septiembre cuando aceptó regresar a su rol anterior como entrenador de la selección de Irán, tres años después de finalizar su periodo inicial de ocho años a cargo, con un contrato de 50,000 por tres meses de trabajo que culminaron en la Copa del Mundo.
Integrado en un grupo políticamente sensible en Qatar junto con Estados Unidos, Inglaterra y Gales (las relaciones de Irán con Estados Unidos y el Reino Unido han sido hostiles desde la Revolución Islámica de 1979), Queiroz tendría que ser tanto entrenador de futbol como diplomático para garantizar que la campaña mundialista de Irán transcurriera de la mejor manera posible.
Irán también está bajo el monitoreo del mundo por supuestas alianzas con el régimen de Vladimir Putin, Siria, Corea del Norte y por no querer negociar un acuerdo para no adquirir armas nucleares.
Los jugadores de Irán son una cara ante el mundo y el régimen podría usarlos para distraer la atención de la crisis en casa.
“Qué vergüenza por matar tan fácilmente a nuestra gente y larga vida a las mujeres de Irán”, escribió en su Instagram el delantero del equipo Sardar Azmoun. Varios de sus compañeros secundaron la crítica al régimen.
Hasta el momento, el equipo iraní no ha hablado de boicot, pues las sanciones dentro de su país pueden ser temibles. Está en juego el prestigio nacional y una gran cantidad de dinero.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA pidió a los 32 países que compiten en Qatar que “se concentren en el futbol” y dejen la “política” fuera.
“Sabemos que el futbol no vive en el vacío, pero, por favor, no permitan que el futbol se vea arrastrado a todas las batallas ideológicas o políticas que existen. En la FIFA tratamos de respetar todas las opiniones y creencias, sin dar lecciones morales al resto del mundo”.
Infantino no abordó los llamados para que Irán sea expulsado de la Copa del Mundo. Y también ignoró la acción política por excelencia que tomó la propia FIFA en febrero, cuando excluyó a Rusia después de su invasión a Ucrania. Otros precedentes incluyen el ostracismo de la era del apartheid en Sudáfrica y la prohibición de la selección de Yugoslavia/Serbia de los torneos internacionales en 1992.
En caso de que Queiroz no convoque a los jugadores rebeldes el lunes, siendo este el plazo para que se anuncien las convocatorias, la federación iraní podría estar cometiendo una intromisión ilegal en el trabajo del técnico. Eso es porque la FIFA prohíbe que el gobierno de un país interfiera en la federación de futbol.
kg