Proeza de España calma épocas álgidas

A 15,000 kilómetros de distancia de su casa, la Selección Femenil de España está encontrando la felicidad que tanto se le ha dificultado en territorio propio. El epicentro es el Mundial de Australia-Nueva Zelanda, donde logró su primera calificación a una final de categoría mayor pese a las tensiones que han rodeado a su equipo en meses recientes.

“Estoy sin palabras con este equipo. Hemos hecho un partido muy competitivo, hemos dominado y tirado de la épica para estar en la final. Estoy muy eufórica, con muchas ganas de jugarla y ojalá nos podamos ir a casa con el título”, mencionó la capitana, Olga Carmona, tras el triunfo 2-1 en semifinales ante Suecia este 15 de agosto.

Carmona anotó el gol decisivo ante las escandinavas a 60 segundos de terminar el tiempo regular y tuvo un festejo explosivo junto a sus compañeras y cuerpo técnico. No era para menos, apenas en su tercera participación en un Mundial Femenil de la FIFA de categoría mayor, la Selección de España se encuentra a un partido de ganar su primer título.

La felicidad tendrá un capítulo más el domingo cuando se dispute la final del Mundial Femenil 2023 en el Accor Stadium de Sídney, con capacidad para más de 80,000 espectadores y en donde España podría hacer más grande su proeza al enfrentarse contra Inglaterra o Australia, que definen su semifinal este 16 de agosto.

Aunque por ahora todas las postales y declaraciones de la plantilla española reflejan felicidad, hace algunos meses la situación era opuesta. La relación entre jugadoras, el entrenador Jorge Vilda e incluso con la Real Federación Española de Futbol (RFEF) ha atravesado por marea álgida y al fin parece haber una tregua con la actuación en Australia-Nueva Zelanda.

No se trata de discusiones intrascendentes. En junio de 2022 se vivió un punto positivo cuando jugadoras y la RFEF firmaron un acuerdo por cinco años en el que las condiciones de ingresos serían iguales tanto para las seleccionadas femeniles como los varoniles. Así, España se unió a una tendencia del futbol internacional que inició en 2017 con Noruega y en la que se han sumado Estados Unidos, Brasil, Suecia, Inglaterra, entre otros países.

Pocos días después de ese acuerdo, España disputó la Eurocopa Femenil de Inglaterra con altas expectativas, contando en su plantel con figuras como Irene Paredes y Marta Cardona; sin embargo, fueron eliminadas por las locales en cuartos de final, causando una sensación de desprestigio hacia el entrenador, Jorge Vilda.

Vilda ha sido parte de las selecciones femeniles de España desde 2010. Estuvo cuatro años a cargo de la sub 17, uno más a cargo de la sub 19 y en 2015 tomó al combinado mayor. En 2019 logró la mejor participación española en un Mundial de categoría absoluta al instalarse en octavos de final en Francia, pero la caída en la Euro 2022 detonó otros temas negativos.

Para septiembre, se dio un punto de quiebre cuando 15 seleccionadas enviaron un correo electrónico a la RFEF para expresar que no querían ser parte del equipo hasta que Vilda dejara el cargo, argumentando afectaciones a su salud mental y enfatizando que había aspectos internos por mejorar.

Ainhoa Moraza, Lola Gallardo, Mapi Leon, Patri Guijarro, Claudia Pina, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey, Sandra Paños, Laia Aleixandri, Leila Ouahabi, Ona Batlle, Lucía García, Andrea Pereira, Nerea Eizaguirre y Amaiur Sarriegi formaron este grupo. También se dio a conocer que las experimentadas Irene Paredes, Alexia Putellas y Jennifer Hermoso las respaldaban, aunque no enviaron correos a la RFEF.

La postura causó un fuerte revuelo, sobre todo con el antecedente de que Ignacio Quereda, entrenador de la selección mayor entre 1988 y 2015, abusó de su puesto para cometer diversos acosos y abusos en su gestión, como lo revelaron jugadoras en el libro “No las llames chicas, llámalas futbolistas”, de la periodista Danae Borona.

Sin embargo, la situación con Vilda no tenía que ver con esos temas deplorables. Más bien, las jugadoras acusaron al entrenador de no tener el nivel adecuado para guiarlas a títulos luego de la pronta eliminación en la Euro 2022.

“Hay un malestar general del equipo tras lo que hemos vivido en la Eurocopa. Pensamos que tenemos un grupo que puede lograr grandes títulos, lo pensamos y lo sentimos. Tras lo vivido en la Euro, el grupo decide trasladar el mensaje al seleccionador porque creemos que podemos ganar algo importante”, señaló en ese momento la jugadora Patri Guijarro.

La RFEF, presidida por Luis Rubiales, rápidamente dio su respaldo al entrenador y contestó a las jugadoras que ellas no tenían la facultad de quitarlo del cargo. Jorge Vilda describió que, al principio de la Eurocopa, el equipo vivía “un paraíso, que espero pueda ser también en el futuro. Tenemos un equipo de buenas jugadoras y nos falta un escalón para ser un gran equipo”.

La conclusión de la RFEF fue ratificar a Vilda para el Mundial 2023, mientras que éste decidió renovar su plantel. De las 15 jugadoras que enviaron la carta en su contra, sólo tres fueron reintegradas para la justa en Australia-Nueva Zelanda, pero otras se sumaron de categorías inferiores, tomando en cuenta que España es vigente campeón mundial en sub 17 y sub 20.

La delantera Salma Paralluelo, quien anotó el primer gol de la victoria contra Suecia en las semifinales de este martes, es un ejemplo de esa renovación. Por otra parte, se mantuvieron Paredes, Putellas y Hermoso, referentes dentro y fuera del campo. Al final, entre todas, están logrando la mejor participación de su país en un Mundial Femenil mayor.

“Trabajan como un equipo unido. Además de concordia y cordialidad, hay compañerismo en el plantel”, aclaró Jorge Vilda previo al partido contra Suecia, en tanto que la capitana, Ivana Andrés, agregó: “Tenemos muy buena relación con nuestro seleccionador y somos un equipo en el que todos ganamos, todos perdemos y tenemos la misma responsabilidad”.

La cohesión resalta en resultados: España rompió una racha de 11 partidos sin vencer a Suecia, tercera mejor selección en el ranking femenil de la FIFA, y con ello busca la tercia de títulos mundiales tras haber ganado los de sub 17 y sub 20. Las jugadoras y Jorge Vilda viven un periodo de calma para lograr esta proeza a 15,000 kilómetros de su casa.