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El futbol griego en tiempos de crisis

Reducción en el gasto de fichajes, falta de pagos y otros detalles más son parte de lo que vive ahora el futbol helénico.

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Olympiacos, como es costumbre en el futbol griego, arrasó en el mercado de fichajes veraniego. El campeón heleno en 17 de las últimas 19 ediciones de la Super Liga de Grecia gastó 13.6 millones de euros, poco más de la mitad de la cifra que invirtió la temporada pasada, 25.4 millones. Hasta los poderosos tuvieron que ajustarse a la austeridad, en un país donde la crisis económica llegó al futbol, o quizá siempre ha estado presente.

El futbol siempre vive un poco al margen de las crisis de los países , dice José de Jesús Mesas, agente de futbolistas y quien llevó a Sergio Sánchez, defensa español, a Panathinaikos, el segundo club en importancia en Grecia.

El agente explica que Olympiacos y Panathinaikos tienen la suficiente solvencia económica para afrontar las condiciones económicas del país, aunque sabe que para el resto de los equipos es complicado afrontar la inversión en fichajes y en algunos casos hasta el pago de salarios de los futbolistas.

El futbol es al que más tarde llega la crisis. Hubo algunos años de retroceso en el futbol griego y todavía se sigue pagando. No se está como en años anteriores , agregó José de Jesús Mesas.

Además de los dos grandes del futbol heleno, Paok Salónica fue el tercer club, de 16 integrantes, que gastó en fichajes de futbolistas para el inicio de la temporada 2015-2016. El resto se reforzó con jugadores juveniles y préstamos.

La inversión total del futbol griego alcanzó 20.9 millones de euros, pero comparando con las cifras del ciclo pasado, el gasto disminuyó 20.8%, ya que en aquel periodo de transferencias se erogaron 26.4 millones de euros.

El agente de futbolistas explica que la crisis afectó a todas las ligas europeas. En el caso de España lo resintieron sobre todo las categorías inferiores. Los sueldos bajaron muchísimo y es fácil para una liga de Primera División como la griega competir con los salarios de Segunda y Segunda B, donde existen jugadores de muy buen nivel , agregó José de Jesús.

Y es que la liga griega, hasta hace unos años, era considerada atractiva para figuras en sus últimos años, veteranas y pensando en el retiro. Así llegaron Albert Riera, por 6 millones de euros por su traspaso al Olympiacos, y Rivaldo, que recibió hasta 2 millones de euros como sueldo en el mismo equipo.

Sin embargo, para esta temporada hubo un descenso de futbolistas españoles en Grecia, de 32 a 20 jugadores, y en general la Super Liga dejó ir a 52 futbolistas extranjeros. Hace un año los foráneos sumaban 246 futbolistas; actualmente apenas llegan a 194 jugadores.

Siempre existió crisis

Noé Acosta fue uno de esos casos, que dejó el futbol de Segunda División en España para jugar en la máxima categoría, pasó por Rumania antes de llegar a Grecia. Lleva cinco años jugando en clubes helenos, aunque son los últimos tres años en los que ha tenido certeza de su sueldo, ya que en el inicio era común la falta de pago.

Me ha pasado de todo. He estado en clubes que no han podido pagar, otros han desaparecido y unos más descendido por temas de apuestas , expresó Noé al diario español Vozpópuli.

El mediocampista recordó la incertidumbre que experimentó cuando el gobierno griego realizó el referéndum sobre la salida del país de la comunidad europea.

Ante el clima de expectación, José de Jesús Mesas explicó que se blindó a los futbolistas extranjeros con la garantía de que se les pagaría su salario en euros, con las cuentas bancarias con sede fuera de Grecia, ya que el gobierno implementó un límite de operaciones bancarias y disposiciones en efectivo, mejor conocido como corralito.

Por si fuera poco, otro reto que enfrenta el futbol griego es la falta de público en los estadios y la violencia. La temporada pasada, el torneo se suspendió en dos ocasiones ante los enfrentamientos de seguidores y el atentando contra Christoforos Zografos, presidente de la federación de futbol de Grecia; además, entre las cinco ligas emergentes en Europa (Rusia, Holanda, Turquía, Portugal y Grecia), fue el torneo con peor promedio de asistencia, 3,147 aficionados por partido, síntoma de la enfermedad que aqueja al futbol griego.

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