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Arte e Ideas

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Narradores de zarape y sombrero

Antonio Ortuño, Carlos Velázquez, Felipe Soto Viterbo y Edmundo Paz Soldán preparan novelas sobre nuestro país.

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Narrar México ha sido una asignatura fundamental para muchos escritores nacionales y extranjeros durante al menos dos siglos: desde los relatos maravillosos de Indias escritos por los primeros conquistadores o las descripciones a detalle de Alexander von Humboldt en el siglo XIX hasta llegar a los apocalípticos de fines del siglo XX, los cuales narran la violencia, indiferencia y simulación que se esparce como tinta sobre ese frágil papel sobre el que millones de personas escribimos nuestra historia, papel que llamamos México.

Esa geografía fantasmal, ese espacio corrosivo sigue siendo narrado con pujanza y 2011 no será la excepción: tres escritores mexicanos comprobados (Antonio Ortuño, Carlos Velázquez y Felipe Soto Viterbo) y un boliviano fundamental (Edmundo Paz Soldán) preparan novelas que lanzan esa mirada feroz sobre la realidad nacional, con estilos y prerrogativas muy distintas pero con ambiciones poderosas, ellos prueban las entrañas de la cultura mexicana sin caer en la pesquisa policial o la narconovela.

La mirada exógena

A lo largo del siglo XX, grandes escritores extranjeros han escrito novelas que ocurren en México. De los estilos y disposiciones más diversas econtramos a los ingleses D.H. Lawrence (Mañanas en México), Graham Greeen (El poder y la gloria) y Malcolm Lowry (Bajo el volcán), años antes de la oleada beat, escritores jóvenes y alterados para quienes llegar a México fue un viaje iniciático, como el camino del samurai: Jack Kerouac (Tristessa) o William Burroughs (El almuerzo desnudo). Y ya al final del milenio, el chileno Roberto Bolaño (Los detectives salvajes, 2666) y el argentino Rodrigo Fresán (Mantra) llevarían a cabo dos de las exploraciones literarias más arriesgadas sobre ese laberinto llamado México.

Norte de Edmundo Paz Soldán. Edmundo Paz Soldán es uno de los escritores latinoamericanos más importantes de la actualidad. La aparición de su novela Río fugitivo (1998) lo ubicó en el panorama de la literatura escrita en español como uno de los jóvenes narradores a los cuales había que seguir de cerca. Su escritura lo delataba como una nueva modalidad de escritor latino: una narrativa en la que lo mismo relucía el rock estadounidense, Blade Runner o las novelas de Vargas Llosa.

En el verano del 2011, la editorial Mondadori publicará su novela Norte (que cuenta con una portada que invita a la lectura: unas viejas vías de tren abren un camino infinito), la cual, según su autor, no tiene que ver con el narco ni con las muertas de Juárez, pero sí tiene que ver con toda la violencia en el norte de México. Ciudad Juárez aparece como un epicentro simbólico de esa violencia , dice en entrevista el escritor boliviano Edmundo Paz Soldán.

Norte está ambientada en la frontera de México y Estados Unidos y es una novela más extensa (en cuanto a espacios geográficos) que las anteriores novelas del boliviano. Trata el tema de la inmigración en EU, la cual está cambiando al país desde dentro , dice Paz Soldán, quien vive en EU, y su novela anterior Los vivos y los muertos ocurre en aquel país, los personajes son jóvenes estadounidenses de que acuden al high school. Es una obra escrita en español.

Norte narra la vida de cuatro personajes cuyas historias se entrecruzan continuamente. El personaje central es un asesino serial, que existió en la vida real: Ángel Reséndiz.

Los que sostienen la mirada

Para Roberto Bolaño hay dos tipos de escritores: aquellos que cuando llegan al abismo prefieren voltear la mirada y aquellos que prefieren sostener la mirada al abismo, ellos pueden bailar la conga al borde del precipicio y sus novelas terminan con sangre.

En México, el mero relatar las costumbres dio en el XIX paso a autores que al mismo tiempo que elaboraban literatura lanzaban una mirada aguzada y crítica sobre su realidad.

Ánima, de Antonio Ortuño. El autor nos presentará este año una novela que tiene la única intención de ser divertida y feroz . ¿Resistiría usted un guiño como ese?

Ánima es una crítica a la cultura mexicana. La anécdota versa sobre un grupo de cineastas, principalmente un par de directores que descuellan del grupo y cobran fama además de que se odian mutuamente. La última parte del libro ocurre en un festival de Cine Internacional en el que México es el país invitado.

Hablo de cineastas pero podrían ser artistas plásticos, escritores. Los funcionarios siempre son funcionarios, los críticos siempre críticos, los mercaderes siempre mercaderes. Esta novela también pasa por el autoescarnio: creo que cuando se critica, uno tiene que empezar haciéndose mierda, porque si no, no tienes ninguna clase de valor moral para criticar a nadie , advierte.

Conspiración de las cosas, de Felipe Soto Viterbo. En el 2009, con Verloso nos presentó un tipo de literatura arriesgada y compleja, como la que a veces echamos de menos en nuestro país. En el 2011, Felipe Soto nos presentará en Conspiración de las cosas, la historia de un joven ejecutivo que poco a poco verá cómo el mundo que lo contiene se desmorona, cómo su pasada lo persigue y cómo su propia vida es deleznada.

Contrariamente al tono humorístico que predominó en Verloso, Conspiración de las cosas maneja un tono hiperrealista, casi al borde de lo psicótico.

En esta novela, el exdirector de la revista Chilango, trama algunas de sus obsesiones particulares. Él mismo explica: Si bien ambas novelas retratan al México de los últimos 15 años lo hacen desde ángulos casi opuestos. En ambas están presentes mis obsesiones: la heroína abismal, hermosa y terrible; el antihéroe; la relatividad sobre lo que creemos entender como lo real y el juego de dobles .

Novedad de Carlos Velázquez. Después de un debut sensacional con el libro de cuentos La Biblia vaquera, del cual se publicará también una reedición en el 2011, y de la publicación de otro libro extraordinario, La marrana negra de la literatura rosa, el escritor norteño presentará este año una novela cuyo título aún está por definir y en la que promete ser tan corrosivo, oscuro y agudo como en sus otros libros.

La novela pretende tocar el tema de la violencia desde una mirada totalmente nueva, sin caer en las novelas de espionaje, la novela de detectives, aunque acepto que ese México me repulsa y me atrae a la vez porque las descripciones de los capos, sicarios, detectives le debe más a la descripción que hace Ruben Blades, de Pedro Navajas, que a Sherlock Holmes... hoy casi todo es un producto de imitación. Mi novela es un delirio , cuenta el escritor.

aflores@eleconomista.com.mx

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