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Leyva lleva a sus "Imbéciles anónimos" a Bellas Artes
A decir del crítico José Joaquín Blanco, la novela de José Mariano Leyva, que se presenta en la Sala Manuel M. Ponce, es una diatriba ceremoniosa, formal, detallista, ácida, a menudo sentenciosa .

La condición de aislamiento que sufren jóvenes contemporáneos, con personalidades disímiles y heterogéneas, constituyen la temática de 'Imbéciles anónimos' presentada hoy en la Sala Manuel M. Ponce de Palacio de Bellas Artes.
La obra ganadora del Premio Bellas Artes de novela 'José Rubén Romero' 2009, es un trabajo de José Mariano Leyva, quien reflexiona sobre el aislamiento que sufren estos jóvenes contemporáneos, no sólo entre sí, sino también consigo mismos.
En el acto, el cronista J. M Servín aseguró que la novela es una obra difícil de leer, "y esto me parece un logro, porque al final, esta de moda escribir literatura que parece historieta populachera, donde todos los personajes hablan como personaje de chespirito, donde visten los policías como Joan Sebastian".
Se trata pues, de una novela complicada, discursiva, donde se plantean muchas interrogantes y con una especie de ajuste de cuentas generacional de los nacidos en los 70 o bien de la generación del propio Mariano Leyva", indicó Servín.
La calificó, además, como un trabajo que presenta un vacío existencial, donde el consumo de drogas aparece y como parte de lo que puede una clase media urbana, incluir dentro de sus gastos de diversión.
En la obra, Mariano Leyva presenta a cuatro personajes: una frustrada aspirante a DJ con convicciones feministas, un escritor homosexual en crisis de pareja, un gerontofílico fetichista y un adicto a las drogas.
El relato, expuso, muestra a los sujetos contemporáneos en toda su vulnerabilidad, producto del exceso de información de la época contemporánea.
En esta publicación, los protagonistas piden a un amigo en común les preste su casa en Cuernavaca, pues cada uno necesita aislarse para 'reponerse'.
Sin embargo, el dueño de la casa decide jugarles una broma y reunirlos en ese espacio sin que ellos lo sepan. Así, cuatro personalidades ajenas se reúnen, pero sólo a partir de su necesidad de apartarse.
Para Mariano Leyva, el interés en este texto fue reflexionar sobre el aislamiento que sufren los jóvenes contemporáneos, no sólo entre sí, sino también consigo mismos.
"Me da la impresión que estamos viviendo una época de gente que no puede tener comunión siquiera con sus propios sentimientos, entonces se vuelve gente muy aislada. Pero ese asunto individual va mucho más allá de lo que podríamos haber pensado, pues parece que los sujetos no se escuchan a sí mismos.
"Sí, están aislados, pero incluso se podría decir que están aislados de ellos mismos: ya no son capaces de escucharte y escucharse. Es como si estuviéramos en un antro con la música a todo volumen, y cuando te habla alguien es imposible escucharlo. Esa impresión me da que pasa con los sentimientos. Ya no podemos saber qué sentimos', explicó.
El joven escritor advirtió que este trabajo literario es más una novela de interrogantes que de certezas.
"Una de las preguntas que gravita constantemente en el desarrollo del relato es la de la posibilidad de la rebeldía en una sociedad contemporánea donde las grandes causas han desaparecido. La intención, no es calificar simplistamente a los jóvenes de apáticos o nihilistas, sino preguntarse qué opciones existen dentro del desencanto", expresó.
En su oportunidad, el narrador, cronista y ensayista José Joaquín Blanco, advirtió que en la obra de Leyva, además de la ola de crímenes, se presenta una materia verbal ríspida, para satirizar a una decena de personajes de tiempos recientes en México con sus desencantos, adicciones, pretensiones y fracasos.
'Imbéciles anónimos' es, agregó, una diatriba ceremoniosa, formal, detallista, ácida, a menudo sentenciosa, que no sólo corre a cargo del autor de la novela, sino de otro autor personaje dentro de la novela curiosamente también llamado José Mariano Leyva y de los demás personajes amargos y desencantados.
Dijo que en la publicación ganadora, su autor inventa a otro José Mariano Leyva que convoca a sus personajes a un fin de semana en una casa en Cuernavaca donde el terror golpea los desencantos, escepticismos e irrealidades de los personajes con un crimen real que los involucra y marca a todos.
Pero que luego, agregó, en un retorcimiento narrativo admirable, se reviente contra el autor Leyva para revelarle en venganza, terrores y crímenes reales y personales.
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