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Arte e Ideas

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La palabra como arma de denuncia y cambio. Entrevista con Jennifer Clement

La autora de Amor armado habla sobre su más reciente novela, la violencia, la cultura de las armas en EU y la libertad de expresión.

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Amor armado es una novela en la que se aborda el tema de las armas en la vida cotidiana. En ella, su autora va generando un símil entre las relaciones de las personas y las relaciones con los revólveres, escopetas y metralletas. Para contar esta historia, Jennifer Clement toma la voz de Pearl, una niña que vive junto a su madre dentro de un auto viejo en un trailer park localizado en algún lugar de la Florida profunda.

A nivel narrativo, Pearl juega el mismo papel que Scout, la protagonista de Matar un ruiseñor (To Kill a Mockingbird), en el sentido de que la voz inocente de una niña pequeña va narrando escenas atroces de problemáticas sociales que el Estados Unidos contemporáneo no quiere discutir. En el caso de la novela de Harper Lee se trata del racismo; en Amor armado es la violencia de las armas.

Al respecto, Clement asegura: “To Kill a Mockingbird es un gran libro que hizo cambios sociales y yo creo profundamente, como escritora y también como directora de Pen International, que la novela sí puede crear estos cambios. No escribes con esa intención, pero históricamente hay novelas que logran estas nuevas perspectivas.

“Éste es el segundo libro (que escribo) con la voz de una niña, que va desde la infancia hasta la transición a ser mujer. Para mí es muy interesante ese momento de cambio, cuando pierdes la niñez. Creo que una protagonista joven, de 14 o 15 años, siempre te da ese momento de despertar, tanto al amor como a perder la inocencia de la vida. Con Pearl lo que pasó es que me llegó su voz y me enamoré de ella, porque es una chica con mucho carácter, valiente, retadora, no es pasiva, pero no es violenta”.

La violencia

Las masacres por arma de fuego son quizá uno de los más grandes problemas en Estados Unidos en la actualidad, llegando a tener afectaciones a un nivel socio emocional. Respecto a eso, Clement explica el papel de este tema en Amor armado: “Yo siempre estoy escribiendo sobre cosas que me duelen, que me preocupan. Son mis temas porque me atrapan. Yo ya he escrito mucho sobre las armas en términos periodísticos, mi primer trabajo al respecto fue en el 2009 cuando fui al National Rifle Association para escribir sobre el museo que tiene la asociación y he entrevistado a sobrevivientes de masacres.

“Yo siento que una novela es como un iceberg, donde está lo que estás leyendo, pero abajo hay mucho más que no se ve, porque está toda la investigación que no necesariamente está (explícita) en el libro. Creo que todo el mundo ve este fenómeno del amor a las armas en los Estados Unidos. Nos desconcierta a todos, pero creo que nadie lo entiende. Es una cosa muy loca”.

Clement hace después referencia a que en lo que va de este año, ya suman más de 300 masacres en territorio estadounidense. Además, como lo aborda en su libro, hace énfasis en la cantidad de armas que llegan a México por su frontera con EU. De acuerdo con la escritora, la cifra ronda las 20,000 armas al día. “Por lo menos en la prensa norteamericana no se habla nada de las armas que vienen a México. Se habla de inmigrantes ilegales, de la droga, pero jamás se habla de que las armas vienen para acá, y es una parte enorme del negocio. Es como 47% del negocio. Esta cifra es de un estudio que realizó la Universidad de San Diego”, explica.

En este sentido, Amor armado habla sobre el efecto de las armas sobre una pequeña comunidad y sobre el tráfico a México, pero desde la cotidianidad. El arma está ahí cuando los personajes despiertan, en limpiarlas se les van las horas muertas de la tarde, son parte de la canasta básica. Los conflictos de los personajes son a nivel relaciones humanas, unas se van formando mientras otras se rompen, pero no hay ruptura en la relación que tienen con las armas. Regalar un pequeño revolver es más preciado que un anillo de compromiso, mientras que la virilidad se demuestra con el calibre de la escopeta.

“Para mí lo que fue importante en la novela es que tiene mucha poesía. Existe esta empatía de Pearl, que le permite sentir lo que sienten los otros, y desarrolla la capacidad de sentir lo que sienten los objetos. Hay una escena en la que puede sentir que las perlas lamentan estar lejos del mar, pero también eso me permitió como escritora que las armas hablaran. Me permitió llevar la poesía a las armas y estas pudieran hablar de su crimen”.

La libertad de expresión

El pasado 16 de octubre la asociación PEN America, que forma parte de PEN International, anunció que interpuso una demanda en contra del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por violar la primera enmienda de la Constitución de este país. Con este acto la asociación de escritores fijó su postura frente a la lucha por la libertad de expresión.

En su papel como presidenta de la PEN Internacional, Clemet ahondó en el tema: “Probablemente es una cosa simbólica, porque Trump no se va a ir a la cárcel, pero el simbolismo es muy importante. PEN America es sólo uno de los 180 centros autónomos que conforman la asociación, pero lo que ha sido buenísimo es que realmente ha estado a la altura del problema. Es muy emocionante poder ver esto”.

Lo que diferencia a PEN International de otras organizaciones como Amnistía Internacional, CPJ, la Knight Foundation o Artículo 19, es que también son una organización literaria. “Creemos profundamente en la literatura para crear cambios sociales y creemos en la importancia del testigo, y de contar la historia”, dice su presidenta.

“Nosotros siempre defenderemos la libertad de expresión, pero también defendemos la importancia de la literatura en el mundo. Estamos en un momento terrible para la libertad de expresión. Estando en PEN es muy difícil porque no sabes ni a dónde voltear. Está China, donde secuestran editores y donde ganadores del Nobel se mueren en la cárcel. Luego tienes a Turquía, donde hay más de 150 escritores y periodistas en la cárcel, además del terrible asesinato de Jamal Khashoggi en un consulado en Estambul. Y luego por supuesto está México, con tantos periodistas asesinados (ya van ocho este año”).

Esto muestra que es un momento difícil para la libertad de expresión, pero Clement asegura que combatirla desde la literatura depende mucho del país en dónde estés. “Hay países donde te meten a la cárcel por tu literatura. Incluso lugares como el Tíbet tomado por los chinos, donde no se puede escribir en tibetano, cada situación es particular”.

El pasado domingo, la PEN America convocó a una marcha en la ciudad de Nueva York en apoyo a la libertad de prensa, desde el edificio de CNN hasta las instalaciones del New York Times. Los organizadores de la marcha dijeron a los medios que “no se mantendrán de brazos cruzados mientras el presidente Trump continúa atacando a los medios.

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