El perfecto puente entre escena y realidad

Ah, esa necesidad, esa tendencia atávica por el engaño. A ella hace honor, a ella ha dedicado cinco décadas de trayectoria el escenógrafo Alejandro Luna (México DF, 1939). Como si no hubiera separación alguna entre ficción y realidad, así funcionan las escenografías de Luna. Ese espacio que se abre cuando se corre el telón se convierte en la vida misma para el espectador. Es la escenografía de Luna el perfecto puente entre la escena y la realidad.

Alejandro Luna: cinco décadas de teatro es un recorrido por las obras maestras de Luna, el arquitecto de la escena. El Museo de arquitectura es sede de esta atractiva exposición que no sólo es un homenaje a Luna, es también una antología del mejor teatro que se ha hecho en nuestro país desde hace 50 años. Los nombres de quienes han trabajado con Luna: Héctor Mendoza, Ludwik Margules, Hugo Hiriart, José Caballero, Juan Tovar, Martín Acosta. Es como pasar la lista a los maestros de la escena mexicana de tres generaciones.

Pero parece, por el modo en que esta reseñista ha comenzado este texto, que la escenografía de Luna es protagónica, que sólo ella sola logra el sortilegio, la alquimia del hecho teatral. No es así y Luna lo reconoce: el arte escenográfico es efímero y dependiente.

En un texto que abre la exposición, Luna lo explica: La escenografía, antes y después de la representación puede verse como arquitectura, decoración, ambientación, escultura, pintura, instalación o basura . No importa qué tan realista sea, y la de Luna es tan real que asusta, la escenografía cumple su función cuando hay una obra teatral sucediendo sobre ella.

Nada parece imposible para la imaginación y el hambre de aventura de Luna. Lo mismo construir torres de catedral y cohetes para La trágica historia del doctor Fausto dirigida por Margules que meter una locomotora a las tablas en la versión de Ana Karenina que Héctor Mendoza dirigiera en 1979.

A veces Luna opta por el minimalismo como en Festen , donde todo sucede en una cubo negro que sólo tiene un fondo borgoña como la sangre y como el vino. Otras, opta por lo simplemente extraño como las formaciones tubulares que representan la cárcel en Severa vigilancia . La exposición, además, provee de breves textos y anécdotas que van dando distintas dimensiones de la vida y la carrera de Luna. Podemos, por ejemplo, rastrear su relación con Fiona Alexander, la vestuarista (fallecida ya) que fuera su mujer y madre de su hijo, el hoy actor Diego Luna.

En una de las anécdotas más divertidas de las que da cuenta Cinco décadas de teatro es esta: durante el montaje de La mudanza , obra de Vicente Leñero, Luna sugirió cubrir a los actores de muebles para que sólo se oyeran sus gritos: una representación donde los muebles de la mudanza fueran los protagonistas. Leñero sólo comentó: Pero qué gran escenógrafo es Luna . Luna no sólo ha trabajado en el teatro, ha hecho también escenografías para óperas como El holandés errante de Wagner; y no solo ha trabajado en México: es legendaria la puesta en escena en Rusia de Ceremonias del alba de Carlos Fuentes, donde la escenografía alcanzó tal nivel de precisión y misticismo que Luna recibió la asistencia de científicos de la Universidad de Omsk para lograr una improbable cámara ingrávida.

• Alejandro Luna: cinco décadas de teatro
• Museo de arquitectura
• Tercer piso del Palacio de Bellas Artes.
• Dirección: Av. Juárez y Eje central, Centro.
• Abierto: Martes a domingo de 10 de la mañana a 5 de la tarde.
• Entrada: $25

cmoreno@eleconomista.com.mx