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Destination Wedding: ¿Los gruñones se pueden enamorar?
Victor Levin, escritor y director de la película Destination Wedding, revela los secretos de su obra.

Foto: The Washington Post
Los actores Keanu Reeves y Winona Ryder se reúnen en la pantalla por tercera ocasión en Destination Wedding, la refrescante y poco convencional comedia romántica que captura con precisión el comienzo de una relación: incómoda y ocasionalmente desagradable.
Las caricias son molestas, los sonidos sexuales son desagradables y, francamente, la única ventaja de bañarse con otra persona se reduce simplemente a cantar en voz alta.
En el reciente estreno (en Estados Unidos se colocó en cartelera en agosto), Reeves —quien interpreta a Frank, un intelectual pesimista— y Ryder —quien interpreta a Lindsay, un optimista desconsolada— se conocen en una boda a la que probablemente no deberían haber asistido.
En la pintoresca región vitivinícola de El Paso de Robles, California, ambos intercambian experiencias existenciales sobre los horrores que representan los viajes, el narcisismo de las bodas y la inexistencia del amor.
Sin embargo, los espectadores esperan que después de ese recorrido amargado sobre el amor ambos protagonicen la excepción que confirme sus propias reglas.
Victor Levin, escritor y director de la película, habla con The Washington Post sobre su obra.
—¿Por qué la aversión a las bodas que se organizan fuera de las ciudades?
Estoy feliz por haber sido invitado, pero existe algo que suena a imposición cuando uno tiene que hacer un largo y costoso viaje en avión. Por ejemplo, mi esposa asistió a una boda en un castillo en Escocia. Ninguno de la pareja que se casaba era escocés, por lo que no había ninguna razón terrenal para ir a Escocia por esa razón, pero ¡a Escocia se fueron!
—Destination Wedding sólo tiene dos personajes que hablan, algo raro verlo en pantalla. Me sentí como si estuviera viendo una obra de teatro.
Me gusta escribir este tipo de argumentos. Parte de la razón era financiera.
—La decepción y el cinismo son rasgos de los dos personajes, especialmente el que interpreta Reeves.
Ya sabes, me encantan las personas malhumoradas, especialmente cuando hay buenas razones para serlo. Él tiene una filosofía cuidadosamente construida. Los personajes agradables no necesariamente tienen que decir cosas agradables.
—¿Cómo pensó la escena de sexo?
¡Ellos fueron muy graciosos! Nunca había visto una escena en la que la pareja discuta durante ocho minutos y medio mientras están teniendo relaciones sexuales. La batalla de la escena fue enmarcarlos porque no se trataba de verlos desnudarse, lo relevante era la conversación divertida.
—La película capta lo que significa estar soltero en la actualidad, cuando el cinismo es mucho más común y la soltería para toda la vida en realidad es bastante atractiva.
La razón por la cual en la tele (que se encuentra en la habitación de Reeves) siempre aparecen cuatro cabezas hablando en las noticias de cable, gritándose unos a otros y sin realmente escucharse entre sí, así se ha convertido el mundo. Se vuelve aceptable ser malo con los extraños. El nivel básico de amabilidad en nuestra vida cotidiana nunca ha sido menor. Eso incluye los episodios de la Guerra de Vietnam, Richard Nixon y la casi quiebra de Nueva York. Es muy difícil encontrar una pareja en este entorno tóxico y cínico. ¿Cómo te debes comportar para aceptar la decepción? ¿Alguna vez has apostado por el triunfo de la esperanza sobre la experiencia?
En fin, el amor siempre ha sido laberíntico por confuso, pero sobre todo por raro. Cada pareja debe encontrar la salida de su propio laberinto.