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Arte e Ideas

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César Chávez, con mensaje para empresarios

Fue un líder social que no se hizo millonario.

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Para todos aquellos que, como yo hasta hace poco, desconocen quién fue César Chávez, les recomiendo no perderse esta película estrenada ayer a nivel nacional.

César Chávez relata la vida del activista social que trascendió en los sesenta y setenta, defendiendo y dignificando el trabajo de los campesinos y trabajadores ilegales en EU, en su mayoría mexicanos. Describirlo como un líder sindical sería quedarme muy lejos, pues Chávez fue mucho más que eso.

Tristemente la imagen que tengo de los líderes sindicales no tiene ni la más remota similitud con la de este personaje. De hecho, César Chávez fue todo lo que un líder sindical mexicano contemporáneo no es. Congruente, humilde, sensato, conciliador, visionario, incluyente, incansable y compasivo.

Congruente con sus principios y sus ideales, Chávez luchó a lo largo de su vida por conseguir mejores condiciones de vida para los trabajadores ilegales en Estados Unidos de manera pacífica. Vivió en carne propia los abusos que vivieron los wet backs, o espaldas mojadas, como se les llama peyorativamente a los trabajadores mexicanos, y sufrió los insultos y el trato inhumano que recibían. Llama la atención la pasión y el amor con los que Chávez defendió los derechos de los trabajadores que hoy en día se dan por sentados.

En ningún momento Chávez se convirtió en millonario, ni ostentó cargos políticos, ni perdió la dignidad y el orgullo que lo caracterizó.

CONTAGIOSA Y CONTUNDENTE

Sin pretender hacer una crítica a la dirección de la cinta, pienso que fueron la pasión y el amor con los que Chávez vivió lo que contagió a Diego Luna para dirigirla de manera sencilla, clara y con un mensaje contundente: una vez que la conciencia despierta no hay manera de echarla para atrás.

En esta época en que la igualdad de género, las empresas socialmente responsables, el fair trade o comercio justo y demás conceptos toman fuerza y adquieren un lugar importante en los valores de las empresas, espero que al igual que a Diego Luna esta película inspire a los empresarios y directivos a seguir abriendo espacio a la justicia. A valorar el trabajo humano y la importancia no solamente moral, sino económica de practicar valores conducentes al bienestar social.

Al final del día creo que como empresarios y empleados nada nos convendría más que vivir en un mundo sin líderes sindicales y sin sindicatos.

Valdría la pena reflexionar que mientras el Estado de Derecho se fortalezca y la justicia sea servida todos los días por cada ciudadano, cada vez serán menos necesarios los organismos que impiden a las empresas operar eficientemente y merman sus utilidades.

Al concluir la película dos gratas sorpresas reforzaron mi entusiasmo sobre el tema. La primera fue saber que uno de los productores de la película es Emilio Azcárraga Jean, pues su involucramiento en este tipo de proyectos muestra que en México existe interés por películas con un mensaje social y que Televisa puede producir contenido de alto nivel educativo, propositivo y digno.

La segunda, conocer a Fernando, el hijo de César Chávez, quien confirmó que, en efecto, Diego Luna logró captar impecablemente bien la esencia de lo que fue su padre. Ojalá sigamos viendo producciones de este nivel.

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