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Política

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Pobreza es consecuencia de administración deficiente: ASF

Juan Manuel Portal Martínez dijo que se dedica un amplio presupuesto a la promoción de programas, pero no modifican las condiciones de vida de los beneficiarios.

En México lo que permite que el ciclo de la pobreza se perpetúe no es la carencia de recursos, sino su deficiente administración, diagnosticó Juan Manuel Portal Martínez.

El auditor superior de la Federación explicó que debido a la situación de carencia que vive una parte considerable de la ciudadanía, el gasto social representa uno de los pocos elementos a favor de mejorar las condiciones de marginación de la ciudadanía.

El gobierno federal dedica una parte sustancial de su presupuesto a la promoción de programas y políticas a favor de una disminución de la brecha existente entre los distintos sectores que componen la sociedad. Sin embargo, los datos indican que dichos recursos no tienen un efecto multiplicador que permita modificar sustancialmente las condiciones de vida de los beneficiarios de este esfuerzo social’’.

En reunión con la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, de la Cámara de Diputados, para analizar las auditorías practicadas en funciones de desarrollo social y desarrollo económico, incluidas en el Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2012, Portal Martínez comentó que se siguen encontrando prácticas de ineficiencia que perjudican a la población receptora de los programas gubernamentales.

Es a través de la fiscalización superior que los ejecutores del gasto pueden contar con elementos objetivos para evaluar la pertinencia y los logros de las políticas públicas auditadas, amplió el funcionario. Sugirió que las observaciones y hallazgos de la ASF representen puntos de partida o marcos de referencia para mejorar de manera sustancial los alcances del gasto social.

Respecto del gasto social en el sector de la educación, precisó que resulta desafortunado que los resultados obtenidos no reflejen aún el cambio estructural que se requiere para abatir las diferencias en cuanto a la calidad de los servicios y la preparación adecuada de los alumnos, independientemente del nivel educativo que cursen.

A manera de ejemplo, detalló que en el Programa Nacional de Carrera Magisterial, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) operó en 2012, participó 78.2% de un millón de docentes de educación básica pública.

De los 808,400 maestros participantes de manera voluntaria, puntualizó, 53.8% se encontraba en el nivel A –el mínimo-, 43.2% en los niveles B a D y 3% en el E –el máximo.

Durante el ciclo escolar 2011-2012 los resultados de la prueba Enlace reflejaron que cinco de cada 10 alumnos tenían un nivel insuficiente o elemental en comunicación, y en matemáticas siete de cada 10 evaluados no tenían los aprendizajes deseables.

Tales resultados, consideró el auditor, son atribuibles, en gran medida y entre otros factores, a la falta de articulación de las competencias genéricas establecidas en las estructuras curriculares de la educación, la insuficiente profesionalización del magisterio, la deficiente gestión escolar y los recurrentes conflictos laborales.

A fin de reducir las deficiencias en la prestación de los servicios de salud y lograr la cobertura universal, recomendó, por último, urge la debida coordinación entre las instituciones de seguridad social y los esquemas de atención a la población abierta.

  • 808 mil maestros participaron en el Programa Nacional de Carrera Magisterial que opera la SEP desde el 2012.
  • 53% de maestros participantes en el Programa nacional de Carrera Magisterial del 2012 se encontraban en el nivel A de evaluación, el más bajo.
  • 3% solamente de esos profesores participantes estaban en ese año en el nivel E, que es el máximo.

rolando.ramos@eleconomista.mx

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