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Política

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Partidos no hacen suficiente para evitar narcocandidatos

Así lo advierte el informe Nuestra Democracia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de los Estados Americanos (OEA), el cual fue presentado ayer en el marco de los festejos del 20 aniversario del IFE.

El fenómeno de la delincuencia organizada en América Latina se ha convertido en un enorme problema debido a la debilidad de las instituciones, no sólo en el aspecto de las policías, fiscales o jueces, sino también de la estructura institucional que tiene que ver con el Estado de Derecho, como las cortes supremas y los tribunales constitucionales.

Así lo advierte el informe Nuestra Democracia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de los Estados Americanos (OEA), el cual fue presentado ayer en el marco de los festejos del 20 aniversario del IFE.

En el documento se expone que dicha debilidad institucional abarca también procesos políticos en los cuerpos legislativos y los partidos políticos, no reaccionando estos últimos de manera suficiente frente a los intentos de filtración de la delincuencia organizada y ante la presencia de cuadros y candidatos vinculados a la delincuencia , detalla.

Parte de esto se explica en los altos costos que tienen las campañas políticas en la región si las comparamos con las de otros países, incluso los europeos, se puntualiza en el documento.

En el capítulo titulado Seguridad Pública establece que la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado constituye un desafío fundamental para la democracia.

El informe detalla que la inseguridad ciudadana y el temor deterioran el apoyo a las instituciones democráticas y permiten que afloren expresiones autoritarias.

Una democracia que no es capaz de asegurar el ejercicio pleno de derechos sociales y económicos termina por crear condiciones que favorecen la generación de la violencia, lo cual a su vez la debilita .

El análisis plantea que romper este complejo círculo requiere superar el tono actual de la discusión sobre la inseguridad en la región, que con frecuencia ha empezado a girar, sobre todo en épocas electorales, en torno de promesas de enfrentar el problema con mano dura , es decir, mediante un mecanismo de coerción del Estado.

Pero advierte que en el mejor de los casos estos programas resuelven el problema de los delincuentes de hoy, pero no el de los del mañana.

Enfrentar con éxito la inseguridad pública en América Latina requiere, por lo tanto, un esfuerzo integral que dé prioridad a la reforma de fuerzas policiales, en algunos casos corruptas e ineficaces , establece.

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