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Opinión

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¿Qué hacemos con la variante Delta?

Foto: Shutterstock.

Cuando un virus se reproduce tras inyectar en una célula infectada su material genético, este se reproduce en el interior de la célula hasta que esta literalmente estalla liberando miles y miles de copias del virus original. Muchas de ellas sufrieron una o más mutaciones, y si estas son benéficas para su reproducción, se transmitirán y acumularán con las diferentes mutaciones de las nuevas copias del virus. Esto eventualmente da lugar a un virus casi igual al original, pero no del todo; tal vez es más infeccioso, tal vez más virulento y mortal, tal vez es inmune a una vacuna. Esto es lo que produce las nuevas cepas variantes del virus SARS-CoV-2 causante de la Covid-19

La OMS y los institutos nacionales de salud de todo el mundo monitorean estas variantes para determinar cuáles son las más preocupantes, y las clasifican en dos grupos: las variantes de interés, brotes muy focalizados donde el virus se disemina rápidamente y produce muchos casos de esta variante (Épsilon, Zeta, Eta, Theta, Lota, Kappa y Lambda, cuya evolución se monitorea puntualmente); y las variantes de preocupación (Alfa, Beta, Gamma y Delta), que producen las mayores cifras de infección, cuyos síntomas pueden ser diferentes a la variante original, causar una mortalidad más elevada o incluso reducir el beneficio de las vacunas. Esto provoca que las medidas de salud pública se vean imposibilitadas de seguir el ritmo de la enfermedad, lo que a su vez provoca más casos de esta variante.

Delta es ahora la cepa predominante en los nuevos contagios de todo el mundo, especialmente en países que relajaron las medidas de seguridad y no tienen tasas altas de vacunación, como Estados Unidos, Reino Unido o India. La razón principal es su alta tasa de contagios –según la OMS es la más contagiosa de todas las cepas conocidas– aunque en realidad no sabemos a qué se deba esta característica. Una teoría es que produce una carga viral más alta, lo que puede significar que se reproduce mucho más rápido y contagia más rápido que otras cepas dominantes. Una carga viral más alta parece sugerir un periodo de incubación menor, lo que provocaría que los síntomas se mostraran más rápido, y serían más severos desde un inicio.

Los síntomas provocados por Delta también parecen ser diferentes a los que conocemos, e incluyen dolor de cabeza, garganta irritada y flujo nasal, y aunque no parece provocar pérdida del gusto o el olfato, si produce pérdida auditiva. Lo que sí tenemos claro es que las infecciones por Delta son más severas y producen más casos que requieren hospitalización, y más muertes. Ha habido muchos casos documentados e incluso brotes enteros de infecciones por Delta en personas previamente inmunizadas, aunque estos casos (o breaktrouhg infections) son de esperarse con cualquier vacuna, especialmente si tomamos en cuenta que esta es una vacuna que pretendía evitar las infecciones severas y la muerte de los infectados, no necesariamente eliminar la transmisión. En ese sentido, todas las vacunas utilizadas actualmente están por encima del 80% de efectividad, incluidas todas las aplicadas en nuestro país.

Hasta aquí he venido utilizando el condicional porque la mayor parte de esta información no ha sido publicada y revisada por pares: se produce investigación a un ritmo vertiginoso y aun así no contamos con datos suficientes. Pero sí contamos con un corpus de conocimientos muy grande sobre la pandemia actual y el manejo más eficaz de la misma, y lo seguimos acrecentando con nuevos estudios e investigaciones. Por ejemplo, un documento publicado el mes de julio pasado en el New England Journal of Medicine demostró que las dos dosis de Pfizer y AstraZeneca brindan protección suficiente contra la variante Delta. También encontró que una sola dosis brinda protección de apenas un 30% contra las nuevas variantes; el consenso sigue siendo que la mejor manera de prevenir una infección severa por Delta es vacunándose.

Estamos en medio de la tercera ola de infecciones en México, donde el índice de personas con el esquema completo de vacunación es de apenas 25% de la población total, y casi el 100% de los nuevos casos son causados por Delta. Si consideramos que la inmunidad de rebaño se alcanza, para esta enfermedad, con alrededor del 90% de la población vacunada, es bastante evidente que debemos continuar con las medidas de seguridad e higiene como hasta ahora, así como el distanciamiento social. Si tú ya estás totalmente vacunado, es importante que sigas cuidándote como hasta ahora, no tanto por ti mismo sino por los miembros de tu familia, tus vecinos y tu comunidad en general. No olvidemos que hay una parte de la población que no puede recibir la vacuna, ya sea por su edad o por problemas previos, y por lo tanto es nuestra responsabilidad cuidarnos para poder cuidar de ellos. Tengamos siempre presente que en medio de una pandemia, todos somos responsables por la seguridad de todos aún cuando estemos inmunizados; y con la variante Delta causando estragos en la salud pública mundial, esto es hoy más importante que nunca antes. Cuídate, y cuida a los tuyos.

solounpalido.azul@gmail.com

rrg

Es ingeniero en Sistemas Computacionales. Sus áreas de conocimiento son tecnologías, ciencia y medio ambiente.

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