Lectura 3:00 min
Pesos y contrapesos ?de la pobreza
Ahora que el Inegi se equivocó en las formas, deberá ?ser exhaustivo en la discusión técnica si busca disipar ?la sospecha.
Estamos presenciando una muy lamentable batalla de descalificaciones y oportunismo político en torno a la medición de la pobreza. Aunque su principal utilidad debería ser la de guiar la política social para distinguir lo que funciona de lo que no funciona en el mediano y largo plazo, la medición de la pobreza se ha convertido en un botín político.
Los políticos en México y el mundo han hecho un gran trabajo convenciendo a los votantes de que el gobierno es responsable de la prosperidad y la desgracia de las economías y las personas. Sin pudor, los políticos se cuelgan la medalla de incrementos en el empleo, la inversión, la escolaridad, las patentes y una serie de resultados que atribuyen a una agenda política cuando es conveniente. Cuando las cosas van mal, corresponde a la oposición aprovechar para colgarle el muertito a la administración en turno aunque se trate de resultados que no pueden darse de la noche a la mañana y que no pueden atribuirse a una u otra administración. Ni de lejos entra en la discusión la existencia o no de evidencia apropiada sobre la relación causa-efecto entre la política económica y los resultados de la economía.
Cualquier cambio en la metodología con que se mide la pobreza necesariamente implica diferencias en los resultados obtenidos con la metodología anterior. Aunque la situación subyacente no cambie, mágicamente aparecerán más o menos pobres si no se aclara que no son comparables las cifras antes y después del cambio metodológico.
El comunicado del Inegi del 15 de julio especifica que las cifras de ingreso reportadas en el 2015 con la nueva metodología no son comparables con cifras obtenidas con la metodología anterior. El desacuerdo del Coneval incluye aspectos técnicos que deben discutirse, pero sobre todo incluye la inconformidad de no haber sido incluido debidamente en el proceso, lo cual da lugar a todo tipo de suspicacias y a acusaciones irresponsables.
Afortunadamente el país ha avanzado en establecer sistemas de pesos y contrapesos en los que la tentación de cocinar cifras con fines políticos está limitada por el escrutinio técnico de organismos técnicos y legalmente autónomos como el Coneval. Ahora que el Inegi se equivocó en las formas, deberá ser exhaustivo en la discusión técnica si busca disipar la sospecha.