Minucias de una vida ajena

Ya viene. Nos lo habían anunciado desde hace algún tiempo. Increíblemente en un festival de cine. La historia fue así.

Gerald Martin, académico inglés, experto en literatura latinoamericana, anunció en el año 2007 que la biografía tolerada , no necesariamente oficial, que preparaba sobre Gabriel García Márquez estaba casi lista.

El momento era perfecto: en aquel año se celebró el cumpleaños número 80 de García Márquez, sus 60 años como escritor, 40 de la publicación de Cien años de soledad y el 25 aniversario de haber recibido el Premio Nobel de Literatura.

El libro prometido -que llega a las librerías a finales de este mes- es también producto de 20 años de investigación y 15 persiguiendo a García Márquez para que le diera por fin el sí.

Parecería extraño que un londinense con pinta que tiene de que lo suyo es el té Príncipe de Gales y las cobijitas escocesas, haya decidido convertirse en latinoamericanista. En una entrevista aclaró:

Fui capturado por América Latina gracias a una primera etapa romántica infantil (la selva, los jaguares, los indios amazónicos, los exploradores, las pirañas, los vaqueros, los gauchos, etcétera). Después, mi debilidad fue confirmada por una segunda etapa romántica adolescente, la revolución, las presumiblemente exóticas mujeres latinoamericanas (down Mexico way) y las perspectivas de viajes (intuía oscuramente que podría visitar América Latina con menos sentimiento de culpa que las colonias o excolonias británicas), exploraciones, aventuras en un mundo inconcluso, donde no todo estaba dicho ni hecho y donde, utópicamente, se podría quizá crear un mundo mejor. Puedo decir que aunque América Latina ha decepcionado a muchos latinoamericanos, nunca me ha decepcionado a mí .

Ir de tal encanto a la fascinación de las palabras en los libros de García Márquez era un paso lógico. Nos ha pasado a todos los lectores hispanohablantes.

Martin suele contar que García Márquez lo molestaba diciéndole que él iba a escribir una novela sobre un inglés extraviado que se engañaba con la idea de escribir la biografía de un gran escritor... y que apostaba a que nunca terminaría el libro.

Todo fuera como eso, seguro pensó Martin. Y pese al pronóstico de García Márquez, acabó su monumental proyecto.