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La corbata
Aunque los orígenes de la corbata, hoy estigmatizada en México por motivos virales, se pueden encontrar en el antiguo Egipto -a la diosa Isis se le llegó a representar con una especie de mascada en el cuello- o en el Imperio Romano -los oradores solían usar algo parecido a una bufanda para mantener la garganta caliente- lo cierto es que se inventa en la guerra de 1660 entre croatas y turcos. De hecho la palabra corbata deriva del francés cravate, que significa croata .
La historia cuenta que a los mandos croatas se les ocurre exacerbar el espíritu guerrero y nacionalista de sus batallones, colocándole a cada combatiente un pedazo de su bandera nacional en el cuello, con un nudo cerca del cogote y dejando que una parte de la tela le cubra el pecho.
Una vez terminada la guerra, tal distintivo se adopta como parte de su vestimenta militar que, años después, se importa a Francia cuando el rey Luis XIII contrata a 6,000 mercenarios croatas para formar su regimiento real, el Royal Cravete.
Al Rey le gusta tanto ese detalle militar que manda hacer corbatas con la Insignia Real, y el pueblo francés imita, de alguna u otra manera, la gallardía y supuesta elegancia de los croatas, amarrándose pedazos de tela en el cuello.
Luis XIV es uno de los grandes promotores de la corbata en la Corte; durante la Revolución Francesa cae en desuso para convertirse, posteriormente, en una jocosa prenda de la llamada Época de la Restauración.
Para finales del siglo XIX el uso de la corbata se extiende en Europa entre la aristocracia, algunos ejércitos, clases acomodadas y gente del pueblo con aspiraciones de cambiar de estatus, pero es la Gran Bretaña, con excedentes de seda y lana de sus colonias, la que la exporta al mundo.
A principios del siglo XX se cree que está en vías de extinción por la incomodidad que resulta llevar una potencial horca al cuello, pero es tal la simbología que la prenda ha adquirido gracias a sus diversas formas, tamaños, colores, telas, texturas y momentos históricos, que, en 1924, el estadounidense Jesse Langsdorf patentó un tipo de corbata que no se arruga fácilmente, transformándola en un objeto de costo accesible y que es el modelo que se anuda en nuestros días.