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Opinión

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La brecha en casa

En México, persisten los roles tradicionales de género, no contamos con políticas públicas que faciliten la integración entre la vida familiar y el trabajo…

Alrededor del mundo, tanto en países desarrollados como en desarrollo, el trabajo en casa no remunerado se considera parte de las responsabilidades de las mujeres. Lo que varía es el tipo de trabajo y la cantidad de horas destinadas al día. Pero en todos los países existe una brecha entre el número de horas destinadas por las mujeres y el número de horas destinadas por los hombres a este tipo de labores.

En unos países, esta labor conlleva cuidar a los hijos, lavar la ropa, limpiar la casa y cocinar. En otros, además implica llevar agua y recoger leña.

De acuerdo a la OCDE (The Atlantic) la brecha en el número de horas de trabajo no remuneradas que realizan las mujeres y los hombres al día varía por región:

En el Medio Oriente y Norte de África, la brecha es de más de cuatro horas. En América Latina y el Caribe es de tres horas. Y en América del Norte es de aproximadamente una hora.

De acuerdo con la OCDE, la mujeres mexicanas dedican cuatro horas diarias más al trabajo no remunerado que los hombres. La brecha es similar a la existente en el Medio Oriente y Norte de África. Es enorme.

Van algunos datos para reflexionar (OCDE, 2009):

En México, las mujeres pasan 53 minutos al día cuidando a otros miembros de la familia, mientras los hombres sólo dedican 15 minutos. Las mujeres pasan 280 minutos en trabajo de la casa, mientras los hombres sólo dedican 75 minutos. En cambio, los hombres dedican 86 minutos al día a ver la televisión en la casa, mientras las mujeres destinan 71 minutos. Los hombres destinan 15 minutos diarios a practicar algún deporte, mientras las mujeres sólo ocho minutos. Los hombres destinan 496 minutos a dormir, mientras las mujeres sólo 488 minutos.

Las mujeres mexicanas trabajan muchas horas en labores domésticas (mismas horas que no son remuneradas), casi no hacen ejercicio, ven menos televisión que los hombres y duermen menos que ellos. Ellos tienen más horas para trabajo remunerado, hacen más ejercicio, ven más la televisión y duermen más.

Es sorprendente que las mujeres y los hombres, ambos dediquen más tiempo a la televisión que al cuidado de sus familiares. Esta situación no es privativa de México. Sucede algo similar en todos los países de la OCDE.

¿Qué implicaciones tiene esto para la salud y la vulnerabilidad económica de las mujeres? ¿Y para la equidad de género? ¿Y para el desarrollo de los niños y jóvenes? ¿Y para la sociedad? ¿Y para la economía?

El trabajo dedicado al hogar y al cuidado de familiares es esencial para que las familias y la sociedad funcionen. Pero estas labores no son valoradas en comparación con el trabajo remunerado. ¿Por qué?

En México, persisten los roles tradicionales de género, no contamos con políticas públicas que faciliten la integración entre la vida familiar y el trabajo, ni existe una oferta suficiente y de calidad para el cuidado infantil.

De acuerdo con Melinda Gates (The Atlantic), la reducción del tiempo destinado a labores no remuneradas de cinco a tres horas diarias puede incrementar la participación femenina en la fuerza laboral en 10 por ciento. Y si las mujeres participaran en la economía al mismo nivel que los hombres, el PIB mundial se incrementaría en 12 por ciento.

¿Cómo podemos lograr un balance entre las labores del cuidado de la familia y las del sostén económico?

grojas@eleconomista.com.mx

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