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Opinión

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El mundo, en vilo. Mercados, “eufóricos”

“Este puede ser el momento más peligroso que el mundo haya visto en décadas”. Advirtió Jamie Dimon -CEO del poderoso banco JPMorgan- en octubre pasado. Vaya que sus palabras resultaron proféticas. 

La creciente tensión Estados Unidos-China, la invasión de Rusia a Ucrania y la crisis humanitaria en Gaza han desatado riesgos geopolíticos tan graves que no se habían vivido desde la crisis de los misiles rusos instalados en Cuba en la década de los sesenta. Aquel episodio histórico es considerado lo más cerca que estuvimos de un incidente nuclear a gran escala. Hoy, reportes militares estadounidenses destacan la potencial capacidad nuclear de los rusos para atacar satélites estadounidenses en el espacio.

No hay duda, el mundo se enfrenta a una “década peligrosa” a medida que aumentan la inestabilidad geopolítica y el gasto militar. En este sentido, el gasto mundial en defensa aumentó un 9% a 2,2 billones de dólares el año pasado, puntualizó el IISS (International Institute for Strategic Studies). 

Filtraciones también señalan que Rusia puede estar a sólo tres años de poder lanzar un ataque -con éxito- contra algún miembro de la OTAN. Así que los países de la alianza están -quizás tardíamente- haciendo todo lo posible por elevar sus defensas frente a este riesgo potencial.

En medio de todo este complejo escenario, existe un consenso entre algunos economistas y administradores de fondos de inversión -yo lo llamaría un “optimismo eufórico”- de que el mercado seguirá subiendo incluso si la Reserva Federal no recorta tasas este año.

Las acciones y otros activos de riesgo están en máximos históricos en un momento en que cada vez más estadounidenses se están atrasando en el pago de sus tarjetas de crédito. Ya no se diga la asediada industria de bienes raíces comerciales que se ve cada vez peor en ese país.

Un botón de muestra es Savita Subramanian, estratega de acciones del Bank of America. Ha dicho que “las empresas de gran capitalización con mucho efectivo disponible podrían beneficiarse de los intereses generados si las tasas se mantienen altas”. Evidentemente, se refiere a “Los magníficos 7”, (Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla) que representan aproximadamente el 29% del S&P 500 en estos días, según datos de Goldman Sachs.

Sin embargo, un mercado tan concentrado crea escenarios inéditos. El S&P 500 cerró en un máximo histórico a principios de este mes a pesar de que más del doble de acciones cayeron en comparación con las que subieron. De hecho, algunos creen que la concentración en este mercado hace que podamos estar al borde del desastre.

Existen "señales clásicas" para predecir una recesión. Una curva de rendimiento invertida, caídas prolongadas en los principales indicadores económicos y datos débiles en la creación de trabajos de pequeñas empresas -por citar sólo algunos ejemplos-. Todos los anteriores están parpadeando en amarillo.

Pero para otros, como Brian Belski, estratega jefe de inversiones de BMO, el riesgo está exagerado. El índice cayó después del estallido de la burbuja tecnológica en 2000. “Pero las comparaciones entre la era de las puntocom y el mercado actual son erróneas”, indicó.

A finales de los años 90 y antes de la capitulación de las “puntocom” el mercado estaba lleno de empresas con más promesas que potenciales ganancias. “Esta vez, lo que impulsa el mercado son las empresas altamente rentables con fundamentos mucho más sólidos”, puntualizó.

El escenario más plausible es que mucho dinero saldrá de los “Magníficos 7” con destino a otras acciones de menor capitalización y con valuaciones más realistas - y creemos que sucederá más temprano que tarde-. Asimismo, una parte del flujo se podrá encauzar también hacia acciones más conservadoras -pero no relacionadas con la tecnología- como Exxon Mobil, Pepsi y McDonald's -por citar algunos ejemplos-, todas ellas valuadas más razonablemente.

Pero no será una transición tersa o sin problemas. Los riesgos geopolíticos citados, la incertidumbre en torno a los próximos recortes de las tasas de interés y la inminente elección presidencial en Estados Unidos plantean riesgos que podrían ser caldo de cultivo para una crisis importante. 

En este ominoso sentido, el influyente Jamie Dimon lanzó otra fatídica pero atinada advertencia: “La deuda gubernamental estadounidense es la crisis más predecible de la historia, y podrá costarles a los estadounidenses sus hogares, su poder adquisitivo y su seguridad”.

X: @EduardoTurrentM

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