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El factor Quadri
Vestía un traje sastre, con raya diplomática, y un suéter blanco. Resaltaba por las joyas que portaba. Los lentes, Chanel; los aretes con brillantes, una enorme argolla dorada, con incrustaciones, en el dedo anular de la mano izquierda y -principalmente- la pulsera con la medalla de San Judas Tadeo y en el pecho, un ojo color índigo.
La Maestra Elba Esther Gordillo Morales acudió a votar ayer poco después de las 10 de la mañana a un casilla ubicada en las Lomas de Chapultepec, apenas a un par de cuadras de la casa que alguna vez habitó y que ahora pertenece al profesor Francisco Arriola, padre de su hija Mónica.
Iba sola y, aunque quisiera, no pudo pasar desapercibida. Respondió correctamente a los pocos que se acercaron a saludarla y, paciente, esperó su lugar en la fila, sabedora de que la gente de a pie no perdona a los prepotentes (el contraejemplo también se registró ayer, cuando el presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, se presentó en la casilla especial de la vieja estación del tren de Buenavista y trató de sufragar sin formarse). Sola. La Presidenta Vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación votó en el DF. Su hija Mónica, secretaria general del partido Nueva Alianza y candidata al Senado, estuvo en Tuxtla Gutiérrez. Su nieto, René Fujiwara -apuntado en el primer lugar de la lista de candidatos neoaliancistas a San Lázaro- acudió a una casilla en Bosques de las Lomas y su yerno, Fernando, hizo lo propio en Culiacán, Sinaloa, entidad que busca representar, como Senador.
Cerca de la jubilación -como ella misma adelantó hace unos días- Elba Esther Gordillo reapareció radiante. Aunque sin la actitud insolente con la que se vio a Humberto Moreira ayer en Saltillo y eso debe reconocerse.
Gordillo y sus familiares dejaron solo a Gabriel Quadri de la Torre, el jacarandoso candidato presidencial de Nueva Alianza, quien votó a media mañana y fiel a sus hábitos, jugó bádminton con su esposa en el Club Francia y luego almorzó frugalmente, sin mucha conciencia de que concentrará 1.5 millones de votos.
¿El aparato electoral del magisterio o el carisma del ambientalista que se vendió como el único candidato ciudadano a la Presidencia de la República?
¿Acaso fue la propuesta de una revolución blanca enarbolada por los activistas de Nueva Alianza? Está por verse.
Desde la perspectiva de los perdedores, habrá quienes atribuyan a Quadri de la Torre un papel esquirolino. No les faltaría razón, si algunos perredistas moderados le hubieran preferido en vez de Andrés Manuel López Obrador. O si el sector de panistas que rechazó la nominación de Josefina Vázquez Mota se hubiera dejado seducir por su discurso liberal.
De acuerdo con la información disponible hasta el cierre de esta columna, los votos conseguidos ayer por Nueva Alianza serían suficientes para mantener el registro del partido del magisterio, mas no para llevar a la hija y al yerno de La Maestra Gordillo al Congreso de la Unión.
Y lo más probable es que el culpable de ello sea Gabriel Quadri de la Torre. Los estrategas de Nueva Alianza tienen identificado que un tercio del electorado mexicano -los más liberales, en términos económicos y en actitudes sociales- no se identifica con los partidos políticos tradicionales y ante el debilitamiento del Partido Verde, aportaron a crear una nueva cuarta fuerza .
Locuaz, lenguaraz, Quadri quiso ser atractivo, pero quizá ésa no es la mejor fórmula para consolidar al partido de La Maestra, quien de nueva cuenta, perdiendo gana.
El saldo de preliminar de esta elección; sí hay una recuperación del PRI, pero no hay un realineamiento. El partido de Enrique Peña Nieto tendrá mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Unión. Está en duda quién será la segunda fuerza en la San Lázaro. La segunda fuerza en el Senado será el PAN.
EFECTOS SECUNDARIOS
PRECURSORES. Viajeros frecuentes, los expresidentes de México pudieron votar ayer. Fueron fieles al peculiar estilo que los distingue: Vicente Fox acudió primero a misa, desayunó con su familia y sólo hasta entonces se enfiló a la casilla instalada en su pueblo natal, San Francisco del Rincón. Ernesto Zedillo Ponce de León hizo un viaje transcontinental, de 12 horas, para votar alejado de los reflectores y pasará un par de días al Distrito Federal, antes de regresar a Ginebra, Suiza. ¿Y Carlos Salinas de Gortari? No lo esperamos de vuelta en México hasta dentro de dos semanas , explicaban en su oficina en la víspera de la apertura de las urnas.
ESTANTE. Mientras se cuentan los votos -y se cuentan bien-, un vistazo rápido a las novedades editoriales, que por primera vez en mucho tiempo tienen más libros sobre la actualidad política que sobre temas de seguridad. Comienzan a circular: De Hank González a Peña Nieto, de José Martínez; El país a debate, de Manuel Bartlett Díaz; Un millón de jóvenes por México, de Armando Regil Velasco; El más buscado, de Alejandro Almazán; Ideas e ideales de Enrique Peña Nieto, de Heriberto Galindo Quiñones; La modernidad fugitiva, de Héctor Aguilar Camín, y La farsa, de Nancy Flores Nández.