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Opinión

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El PAN y Gustavo Madero, ganadores de la jornada

Después de los desastrosos resultados electorales para el PAN en el 2011 y el 2012, al grado de ser terceras posiciones en la elección presidencial y en las gubernaturas en Jalisco y Morelos, y de vivir un abierto enfrentamiento entre dos grupos, todo parecía presagiar una tormenta en los comicios del 7 de julio pasado; sin embargo, lo que vimos fue el resurgimiento de un PAN que se siente cómodo desde la oposición haciendo campañas funcionales y efectivas, ese PAN que fue ocupando posiciones locales desde 1995 hasta ganar la Presidencia en el 2000 y que además ahora lo hace con su principal enemigo del 2001 al 2009, el PRD, que aprovecha esa cercanía para montarse en los triunfos. Trataré de hacer algunas reflexiones del proceso.

1.- El PRI puede declararse ganador si ése es su deseo por ser el partido que más votos y puestos ganó en la suma de todos los comicios, así que puede afirmar que votando más de la tercera parte del padrón electoral, su triunfo del 2012 fue ratificado. Sin embargo, le debe doler de sobremanera el haber perdido capitales y municipios importantes como Mexicali, Matamoros, Nuevo Laredo, Aguascalientes y Tlaxcala, a pesar de recuperar otros como Oaxaca y Cancún.

Su fallido intento por recuperar Baja California (hasta el domingo habrá resultados, por lo que escribo con la evidencia de los resultados preliminares) no pasaría de ser un resultado más donde, incluso, hubiera podido argumentar el crecimiento de su porcentaje de votos entre el 2012 y 2013, si no hubiera tardado tanto en aceptar su desventaja aunque después impugnara en tribunales el proceso. Al no aceptar la desventaja por culpa de un PREP con errores, su derrota se multiplicó, centró el análisis poselectoral en ese tema, así perdió el domingo, el lunes, el martes, etcétera, hasta que lo reconozca.

2.- El PAN prácticamente no pierde nada de las posiciones importantes que tenía antes de la jornada. Tal vez la capital de Oaxaca y algunos puestos en Sinaloa y Quintana Roo, pero son ampliamente opacados por sus triunfos en varias capitales (Mexicali, Aguascalientes, Tlaxcala y Saltillo) y municipios importantes, además de haber mantenido la única gubernatura en disputa. Para los opositores de Gustavo Madero será muy difícil reclamarle su cercanía a Peña Nieto dentro del Pacto; mostró que pueden trabajar reformas con el gobierno sin declinar a competir.

Su triunfo en Baja California rompe la racha de cuatro sexenios consecutivos en los que la primera elección del sexenio es con alternancia, Kiko Vega será el cuarto Gobernador aliancista PAN-PRD en funciones y el séptimo en la historia del país, además será el primer Gobernador de esa alianza que se construye para mantener el poder y no para arrancárselo al PRI.

3.- El PRD no puede declararse igual de ganador que el PAN, a pesar de haber ido en alianza en la mayor parte de los estados e incluso de tener alianzas ganadoras con el PRI en Chihuahua, y todo por la pérdida clara en Benito Juárez (Cancún) que no compensa sus triunfos, pero ahora puede argumentar claramente el éxito de su alianza con el PAN porque llegará como cogobierno, a donde era difícil verlo gobernar por su baja presencia, como en Baja California y Aguascalientes.

La elección no pintaba fácil para este partido, no gobernaba solo en ninguno de los 15 estados con elecciones y sólo tenía niveles competitivos en Oaxaca, Quintana Roo, Tlaxcala y Zacatecas; aliarse le viene bien y Jesús Zambrano sale bien librado.

Hay muchos otros temas de análisis como los estados, donde a pesar de algunas pérdidas, el partido en el poder obtiene carros completos como Quintana Roo, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Puebla, Hidalgo e incluso Tamaulipas y Veracruz, por los distritos ganados; las bajas participaciones para preocupar en Quintana Roo y Baja California, o los ganadores sorpresivos por los antecedentes y los gobiernos en Oaxaca, Saltillo, Ahome y Benito Juárez. Esta primera elección del sexenio del presidente Peña Nieto no iba a ser juzgada por los resultados, sino por el comportamiento de candidatos, partidos, autoridades estatales y federales, de los medios, de las instituciones y ¿por qué no decirlo? de las encuestas; las características de la campaña fueron los ataques a veces calumniosos para candidatos de todos los partidos, la exposición de corrupciones de gobernantes anteriores aun en estados donde no había elecciones pero que influían en el ánimo del votante, y la ausencia en estados con comicios de funcionarios de alto nivel del gobierno federal incluido el Presidente. Y la característica de la jornada fueron de nuevo las alternancias que denotan el deseo de cambio y los comportamientos dispares de los institutos electorales que refuerzan la idea de que se requiere un instituto nacional que organice todos los procesos; la falta de reconocimiento inmediato del resultado por parte del PRI será tal vez lo que más recordaremos.

Ahora entraremos en un receso electoral largo, en el 2014 solo se votarán tres congresos locales y 25 presidencias municipales y será hasta el 2015 cuando volveremos al ambiente de conflicto que genera una elección y que entonces se vivirá para renovar el Congreso federal y ocho gubernaturas; para entonces, el Pacto por México tal vez haya generado las prometidas reformas y sea ya sólo una mesa política de negociaciones, por lo pronto, el Pacto pasó esta aduana.

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