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Tsunami petrolero
¿Recuerda usted cuánto fue el precio máximo de la mezcla mexicana de petróleo registrado en el 2008? 132.71 dólares por barril (db) y se alcanzó el 14 de julio.
¿Recuerda usted cuánto fue el precio máximo de la mezcla mexicana de petróleo registrado en el 2008? 132.71 dólares por barril (db) y se alcanzó el 14 de julio. En ese año, el Presupuesto de Ingresos de la Federación (PIB) se hizo con un estimado de 49 db, de manera tal que nuestro país recibió ingresos extraordinarios por concepto de petróleo.
Pocos meses después se presentaría la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers, en septiembre de ese mismo año, detonando una crisis económica de alcance global que finalmente se traduciría en la peor recesión de los últimos 80 años.
Con la caída de la actividad económica, los precios del petróleo retrocedieron. Particularmente el de la mezcla mexicana se contrajo hasta un nivel mínimo de 26.23 db en diciembre del 2008, es decir, una caída de 80% en unos cuantos meses.
Con la mayor actividad económica, los precios del petróleo iniciaron una recuperación paulatina. En diciembre del 2009, la mezcla mexicana se ubicó en 73.43 db y al cierre del 2010 en 83.51 db.
El último día de febrero, el precio del crudo mexicano estaba prácticamente en 98 db, 10% de incremento en tan sólo dos meses y 22 dólares por encima del precio estimado por la Secretaría de Hacienda para este 2011 (65.4 db).
La mala noticia es que el disparo de los petroprecios en lo que va del año no se asocia a un tema estructural o de mercado, sino a los disturbios políticos y sociales en varios países del norte de África y Medio Oriente, particularmente en Libia, en donde las protestas en contra del régimen del presidente Gaddafi han desatado una fuerte incertidumbre respecto de un posible desabasto de crudo en el mercado mundial.
Libia produce 1.4 millones de barriles diarios, lo que lo ubica como el sexto productor en importancia dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP); no obstante, la posibilidad de que se registren cortes en la producción y suministro de petróleo ha presionado los precios. De hecho, algunas compañías petroleras con operación en Libia han disminuido o suspendido su producción.
La compañía alemana Wintershall AG cesó las actividades en Libia y evacuó a la mayoría de sus trabajadores; la empresa inglesa BP también evacuó a parte de sus trabajadores; también la española Repsol y la italiana ENI han suspendido temporalmente la producción de crudo.
La incertidumbre crece debido a que otros países se podrían ver contagiados por la ola de protestas sociales, aumentando la volatilidad de los precios. En este sentido, hay que destacar las protestas y manifestaciones en Irán, en donde la población está buscando un cambio en el régimen político.
Irán ocupa el segundo lugar de los principales productores de la OPEP con una producción de 3.7 millones de barriles diarios, por lo que una interrupción en la producción de este país podría causar un impacto severo en el mercado petrolero.
Aunque los temores por una posible caída en el suministro global de petróleo se tranquilizaron con la noticia de que Arabia Saudita equilibraría el mercado de crudo, el surgimiento de indicadores, tanto en China como en la Unión Europea, que apuntan hacia una mayor actividad económica, han presionado aún más los precios internacionales del petróleo.
Aunque la lectura podría parecer buena para México, la verdad es que si los precios se mantienen altos por un período prolongado de tiempo, se pueden generar presiones inflacionarias y esto a su vez podría comprometer en el largo plazo la verdadera capacidad de recuperación del mundo.
De hecho, el Director General del FMI recientemente advirtió que un incremento de los precios del WTI sobre los 110 o 120 db tendría un efecto sobre la recuperación global de la economía, por lo que habría que tomar medidas serias.
Más vale que en un par de meses los precios del petróleo disminuyan o habrá que añadir otro elemento de incertidumbre a la todavía frágil recuperación económica mundial.
*Manuel Guzmán M. es economista en Jefe de Ixe Grupo Financiero. Su opinión no representa necesariamente la posición de la institución.