La banca, una historia apasionante (III)

La banca en México ha sufrido varios cambios a partir de la década de los 70. Tras la conformación de la banca múltiple en 1976, se registraron en el país importantes desequilibrios macroeconómicos que derivaron en la nacionalización de la banca en 1982. En ese entonces, el sistema bancario del país estaba integrado por 66 instituciones, cuya propiedad estaba completamente en manos de mexicanos. De éstas, en un proceso gradual de fusión, quedaron 18 que operaron hasta la reprivatización de la banca.

Hacia finales de los 80, se empezaron a instrumentar varias reformas estructurales que buscaron corregir los desequilibrios financieros del país. Un cambio importante fue la desincorporación de entidades del sector público con el fin de contribuir al mejor desempeño de las finanzas públicas.

Entre 1989 y 1990, se revocó el quinto párrafo del Artículo 28 de la Constitución, en el cual se establecía que los agentes privados no podían participar en las actividades bancarias.

Un año importante fue 1991, no sólo por los logros obtenidos en materia macroeconómica, sino también por los avances en la instrumentación de cambios estructurales tales como el proceso de reprivatización de la banca comercial.

En junio de ese año inició el proceso de licitación de los 18 bancos que existían, bajo una serie de criterios, establecidos en el Diario Oficial de la Federación el 5 de septiembre de 1990, los cuales fueron el resultado de los convenios acordados para reformar la legislación bancaria.

El proceso de venta se realizó a través de subastas, que iniciaron el 7 de junio de 1991. Durante ese año los resultados fueron positivos toda vez que la captación del conjunto de los nueve bancos regresados a la iniciativa privada representó 60% del sistema bancario mexicano.

El 16 de julio de 1992 concluyó el proceso de desincorporación de los bancos comerciales al venderse el último. En tan sólo 13 meses se vendieron las 18 instituciones bancarias por un monto total de 39,000 millones de pesos, habiéndose canalizado todos los recursos, al igual que con el resto de las privatizaciones, al fondo para el pago de la deuda interna.

A partir de este momento se buscó promover una mayor competencia bancaria a través de la autorización de nuevos bancos y la entrada de 20 instituciones extranjeras, lo que se materializó en 1994.

A pesar de los esfuerzos por modernizar la banca, la crisis financiera por la que atravesó México en 1995 impactó los balances de los bancos.

Esto derivó en la adopción de criterios prudenciales más estrictos y de mayores niveles de capitalización. Estos elementos permitieron que la banca pudiera transitar por la peor crisis económica de los últimos 80 años sin sobresaltos y sin ninguna afectación como las registradas en la banca internacional.

Un factor que contribuyó a lo anterior fue que de 1994 al 2001, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ordenó la intervención gerencial de 15 bancos. Gracias a ello, se impidió que se acentuaran los riesgos de crédito por parte de dichos bancos. Aquellos que tenían una limitada capitalización y cuyas operaciones no violaban la Ley de la CNBV no fueron intervenidos y directamente fueron saneados por el Fobaproa, que a su vez buscó inversionistas que participaran en el mercado.

Después de que en la década de los 90 el sistema financiero se abrió a la participación internacional, existen alrededor de 40 instituciones de banca múltiple en el país, lo que ha generado un mayor grado de transferencia de tecnología y productos ofrecidos al público mexicano. Hoy la banca en México es mucho más fuerte y sólida y está lista para apoyar el crecimiento económico del país.

*Manuel Guzmán M. y Janneth Quiroz Z. Estudios Económicos de Grupo Financiero Banorte. Su opinión no representa necesariamente la posición de la institución.