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Geopolítica

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Obama: acuerdo con el que todos pierden

Según analistas, el ganador del round Obama-Tea Party por el acuerdo que elevó el techo de deuda, fue el ala extremista de los conservadores, quienes también se llevaron los niveles más bajos de popularidad.

Washington.- Si bien el presidente estadounidense, Barack Obama, logró in extremis evitar al país la cesación de pagos, perdió la confianza de sus bases, que lo acusan de capitular ante los conservadores cuando se acerca la presidencial de 2012, comentaron el martes analistas.

Barack Obama despertó la ira del sector más a la izquierda del Partido Demócrata, que lo acusa de haber renunciado a poner fin a las exenciones fiscales para los más ricos, medida que los demócratas defendían arduamente para equilibrar los recortes presupuestarios.

El acuerdo final sobre la ampliación del límite de la deuda, votado en la Cámara de Representantes el lunes y en el Senado el martes, prevé recortes en el presupuesto de 2.1 billones de dólares durante diez años sin aumentos de impuestos de ningún tipo.

Las críticas siguen siendo fuertes en este punto, a pesar de que el presidente consiguió de sus opositores que el techo de la deuda se elevara lo suficiente como para llegar hasta el final de 2012 y para que los programas sociales como Medicare, dirigido a los ancianos, no se vieran afectados.

Estos dos últimos aspectos del acuerdo también han sido fuertemente criticados por los republicanos más conservadores.

Según los analistas, algo que también afectó a Obama fue el espectáculo que mostraron ambos partidos al no conseguir ponerse de acuerdo sobre la deuda, agitando la amenaza de un incumplimiento de pagos de la primera potencia economía mundial.

La popularidad del presidente Obama cayó a 40%, según el último sondeo de Gallup, mientras que la del Congreso es aún más baja.

NEGOCIACIÓN DESTRUCTORA

La capacidad del presidente para "hacer aprobar en el Congreso una ley que defiende se ha visto profundamente afectada", dijo Peter Kastor, profesor de la Universidad de Washington en Sant Louis (Misuri, centro).

Episodios como las negociaciones de la deuda "pueden destruir una presidencia", alentó Kastor, que recordó la intención de Obama de postularse a un segundo mandato en las elecciones presidenciales de 2012.

The New York Times criticó al presidente su "capitulación casi total" ante los conservadores, mientras que el Premio Nobel de Economía Paul Krugman dijo que Obama ya había cedido ante los republicanos en diciembre con el compromiso de extensión de las exenciones fiscales de la era Bush y de nuevo en la primavera (boreal) para evitar una paralización del gobierno.

El profesor Kastor, sin embargo, sostiene que es difícil anticiparse sobre el impacto de la crisis de la deuda en las elecciones de 2012 porque "todavía falta un montón de tiempo" y "muchas cosas pueden impulsar la economía".

TEA PARTY, DUDOSO GANADOR

Los conservadores del Tea Party se anotaron su mayor triunfo político con un acuerdo sobre el límite de la deuda de Estados Unidos.

Pero al colocar a Estados Unidos al borde del incumplimiento del pago de deuda y sabotear un pacto con recortes más intensos del gasto porque incluía alzas de impuestos, corren el riesgo de distanciarse de algunos de los votantes más moderados que los republicanos necesitarán para mantener el poder en el Congreso y recapturar la Casa Blanca.

La intransigencia puede dar dividendos en el corto plazo, pero no estoy seguro si tendrá buenos resultados con los votantes en el transcurso del tiempo", dijo Steven Schier, un cientista político en el Carleton College de Minnesota.

"Existe el riesgo verdadero de que la rigidez y la negativa a un compromiso sean vistos como un obstáculo en el camino a soluciones serias de los problemas nacionales y ese es el riesgo para los republicanos", agregó.

Un sondeo del instituto Pew Research Center difundido el lunes estableció que las contenciosas negociaciones de la deuda habían afectado a todos los grandes protagonistas, incluyendo al presidente Barack Obama y al presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.

Pero los republicanos en el Congreso y el Tea Party se llevaron la peor parte, con el 42% de las respuestas señalando que tienen una impresión mala de los republicanos y un 37% que dijo tener una visión aún peor de los miembros del Tea Party como resultado de la prolongada disputa.

"En una multitud de gente que no se ve tan bien, ellos están en el tope de la lista", dijo el presidente del Pew, Andrew Kohut.

Agregó que la confrontación recordó el espectáculo entre el presidente demócrata Bill Clinton y el presidente republicano de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, cuando las amenazas republicanas de llevar a una paralización del Gobierno tuvieron un efecto contrario y ayudaron a la reelección de Clinton en 1996.

El movimiento Tea Party, que nació en el 2009 tras la elección de Obama, se ha convertido en una fuerza de influyentes bases que ayudó a elegir a decenas de nuevos republicanos al Congreso el año pasado bajo la promesa de contener el tamaño del Gobierno.

Muchos seguidores del Tea Party denunciaron que el acuerdo de deuda es demasiado débil y algunos prometieron desafiar en las primarias del próximo año a a los republicanos miembros del Congreso que votaron por el plan.

PASION DEL TEA PARTY

El consultor republicano Jim Dyke dio que el Tea Party fue clave en identificar los temas que llevaron a triunfos electorales republicanos el año pasado: el recorte al gasto del Gobierno, oposición a alzas de impuestos y rechazo a la ley de reforma al sistema de salud de Obama.

"Eso es en donde está el partido, y la pasión y franqueza del Tea Party han sido una parte eficaz de ello", dijo Dyke.

En una cruda señal de la influencia del Tea Party, el principal candidato presidencial republicano Mitt Romney dijo el lunes que no respaldaría el acuerdo sobre el límite de endeudamiento porque abre las puertas a impuestos más altos y coloca recortes a la defensa en la mesa de negociaciones.

Boehner fue obligado a enmendar su proyecto de deuda para ganar el respaldo del Tea Party y poder obtener los votos que necesitaba para la aprobación en la Cámara.

El Tea Party ha sido una "bendición mixta" para los republicanos, dijo el republicano Dan Schnur de la Universidad del Sur de California, un asesor del senador John McCain en la campaña presidencial del 2000.

"En algún momento entre ahora y noviembre del próximo año se trazará una línea entre la fuerza del partido y la condición de elegibilidad", agregó.

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