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Experto ruso germina programa nuclear iraní
Danilenko batalló para convertirse en un empresario, viajando por Europa y hasta a EU para promover su idea de utilizar explosivos para crear diamantes sintéticos. Finalmente, se encontró en Irán, un país que podía apreciar su combinación de talento y experiencia como fabricante de bombas.
Cuando la Guerra Fría terminó abruptamente en 1991, Vyacheslav Danilenko era un científico nuclear soviético en búsqueda de una nueva línea de trabajo. A los 57 años había acumulado tres décadas de experiencia dentro de una instalación nuclear ultrasecreta y un talento que lo distinguía: la capacidad de hacer estallar objetos con una precisión de nanosegundos.
Danilenko batalló para convertirse en un empresario, viajando por Europa y hasta a EU para promover su idea de utilizar explosivos para crear diamantes sintéticos. Finalmente, se encontró en Irán, un país que podía apreciar su combinación de talento y experiencia como fabricante de bombas.
Quince años después, el científico emerge en un papel protagónico en el misterio aún no totalmente revelado que es el programa nuclear de Irán. Un informe la semana pasada de la AIEA apunta al papel de un experto extranjero , que diplomáticos de Occidente identifican como Danilenko, en los esfuerzos de Irán por alcanzar los conocimientos esenciales para fabricar una bomba nuclear.
Según algunos diplomáticos, no se ha fabricado la bomba. Sin embargo, la ayuda de científicos como Danilenko permitieron a Irán brincar varias etapas técnicas que de otra forma habrían requerido años para poder superar, según expertos de la ONU y de diversos países.
La asistencia de Danilenko y otros dejó un rastro de evidencia de que los investigadores de la AIEA posteriormente pudieron seguir. La documentación y otras fuentes de información, como entrevistas en el caso de Danilenko, hoy ofrecen una inusualmente íntima visión de un programa altamente secreto que ha sido escondido dentro de universidades y dependencias civiles, según los expertos.
El proceso no es infalible. La evidencia con frecuencia resulta ambigua, dado que la tecnología puede tener aplicaciones pacíficas así como militares. En el caso de Danilenko, el presunto negocio de diamantes sintéticos del científico aportó una explicación plausible de sus extensos contactos con científicos iraníes durante más de cinco años. Danilenko ha negado insistentemente haber ayudado, al menos conscientemente , al programa nuclear iraní.
Yo definitivamente no soy el padre del programa nuclear iraní , dijo a un reportero ruso la semana pasada. Desde entonces, no ha contestado diversas preguntas enviadas vía correo electrónico.
Sin embargo, para los investigadores de la ONU, la influencia del ruso es claramente visible en el diseño y pruebas de un inusual detonador de forma semiesférica que los iraníes perfeccionaron hace ocho años, poco después de que Danilenko abandonara Irán.
Los expertos en armamento nuclear insisten en que los detonadores del tipo fabricado por Irán tienen un sólo propósito: comprimir uranio altamente enriquecido para disparar una reacción nuclear en cadena.