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Las PYMES son una herramienta contra la pobreza en los países latinos
México enfrenta un atraso frente a sus competidores emergentes de AL debido a una baja productividad laboral. Las empresas no perciben ningún beneficio ni son apoyadas para fungir como motor impulsor.
Los países de Iberoamérica tienen en las pequeñas y medianas empresas (PYMES) un importante sector económico porque es el modelo de negocios efectivo para reducir la pobreza, fortalecer a la economía formal y mejorar los ingresos de la clase media.
"Una mayor productividad y la formalización del empleo en todo el tejido productivo, son la clave de una agenda de prosperidad", coincidieron los responsables del sector PYME de Latinoamérica, el Caribe y la Unión Europea.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el 2006 la pobreza afectaba a 38.5% de la población en el continente y 15% vivía en condiciones de miseria.
El fortalecimiento del sector ayudaría a mejorar la valoración social de la inversión y el desarrollo empresarial, pues un mayor número de personas percibirá que tiene beneficios directos del crecimiento.
A través de un documento consensuado por los ministros y viceministros responsables de las PYMES en el continente y la UE, se explica que existen algunos factores que se pueden explotar aún más dentro de los programas enfocados a este segmento.
Áreas de oportunidad: mejora de la calidad de empresas proveedoras de insumos intermedios, la capacitación de la mano de obra, la extensión de las tecnologías de la información y la promoción de crédito.
Estrategias
En el marco de la V Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE) que se celebra en Lima, Perú 14 y 15 de mayo, la Secretaría General Iberoamericana (Segib) propondrá basar la estrategia para alcanzar estos objetivos en el incremento de productividad de los eslabones de la cadena de valor a través de tecnología, capacitación y formalidad.
En cuanto a productividad, en promedio, las grandes empresas muestran tendencias similares en Latinoamérica y otras regiones; sin embargo el reto está en las PYMES, pues al compararlas con las grandes, las diferencias son muy significativas.
La razón ees que la inversión en sus países de origen no alcanza ni 20% del Producto Interno Bruto (PIB), además "del bajo nivel de financiación, la informalidad, burocracias y falta de trabajadores calificados".
En los países asiáticos, la tasa de inversión alcanza 35%, en Europa el promedio oscila en 30% y 25% para los países de la OCDE, mientras que en Latinoamérica se mantiene un promedio inferior a 20 por ciento.
Por otro lado, la región se encuentra rezagada en infraestructura, lo que tampoco ha permitido a las PYMES, exponenciar su crecimiento.
México presenta la segunda peor posición en productividad laboral en sus negocios con 0.4%, precedida por Venezuela, quien registra una cifra negativa con casi menos 2 por ciento.
Como parte de los acuerdos y discusiones de la Segib, se ha concluido que las empresas iberoamericanas están "deseosas de aceptar una responsabilidad más amplia de la que le exige el mercado y el marco legal para aumentar su ciclo de bonanza".
Para ello, se destaca contar con políticas públicas que permitan establecer fórmulas para que los programas de cadenas de valor accedan a los apoyos públicos; asimismo disminuir los trámites burocráticos y contar con incentivos fiscales y financieros, y programas de financiación que disminuyan los riesgos a las entidades financieras.