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Gestión

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Cimientos para el éxito

La misión ofrece a los integrantes de la organización una dirección clara respecto a la obtención de beneficios; la inspiración exacta para que se sientan parte de un proyecto grande y significativo.

Toda organización que pretenda ganar en el mundo de los negocios debe estar firmemente cimentada en una estructura de cuatro principios: misión fuerte, valores concretos, sinceridad y diferenciación.

La misión y los valores son elementos esenciales del buen funcionamiento de una organización por ello es necesario que ambos operen una proposición orientada al éxito. La misión debe ser fundamento y motor para indicar la meta hacia la que debe avanzar la empresa, debe ser una declaración real y concreta, y a debe responder a la pregunta “¿cómo nos proponemos triunfar en este negocio?”.

Esto nos servirá para identificar sus fuerzas y debilidades, y determinar el lugar exacto de la empresa en la escena competitiva.

La misión ofrece a los integrantes de la organización una dirección clara respecto a la obtención de beneficios; la inspiración exacta para que se sientan parte de un proyecto grande y significativo.

Los valores deben ser el criterio del comportamiento exacto para alcanzar la meta, que es la misión. Deben ser específicos y suficientemente descriptivos para limitar la subjetividad cuando sean interpretados por el personal. Para determinarlos deben opinar los trabajadores, así se convertirán en estándares de conducta.

La sinceridad permite que todo funcione mejor y ágilmente. Su falta inhibe las ideas inteligentes y la acción rápida. Su carencia pone de manifiesto que personas de forma instintiva no se expresan con franqueza, prefieren callar para evitar el conflicto, endulzan las malas noticias, acumulan información y no la comparten. Por el contrario, la sinceridad genera rapidez y reduce costos, elimina reuniones carentes de sentido.

La diferenciación es distinguir a las personas y negocios mediante la redistribución de recursos. Requiere que los ejecutivos inviertan más en las personas, negocios o líneas de productos más valiosos. Todo el personal de la empresa debe ser evaluado; el mejor 20% sería recomendable que recibiera un tratamiento de “estrellas”. El 70% situado en un nivel medio, debe sentirse motivado, recibir la formación y ayuda necesaria para aumentar su experiencia. El 10% restante, según algunos criterios, podría marcharse. Para que la organización esté compuesta de los mejores.

Una compañía que incumpla con su misión, no conseguirá concretar los valores en los que sustente su cultura operativa o bien, no valora el mérito, acabará autodestruyéndose.

* Aspirante al Doctorado en Administración de la Universidad Anáhuac México Sur.

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