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México necesitaba ?una cumbre estilo Davos
Con las cumbres que se realizan en México se ha logrado alinear proyectos y los estados se han puesto de acuerdo para lograr una adecuada planeación de las inversiones en los sectores atractivos del país.
Las oficinas de la Fundación Miguel Alemán son una galería donde destaca la colección de fotos. El empresario y otrora Gobernador de Veracruz aparece en diferentes etapas de su vida, al lado de algunos de los personajes más importantes del siglo XX en México y el mundo: Jacques Chirac, Octavio Paz, Bill Clinton, Carlos Fuentes, Sofía Loren, George Bush, la reina Isabel de Inglaterra y un larguísimo etcétera. He conocido a muchísima gente; me quedé con ganas de conocer a David Ben Gurion, el primer Mandatario de Israel .
Es coleccionista de arte y de antigüedades, entre otras cosas, aunque su objeto más preciado es una pelota de beisbol que le firmó Babe Ruth: Estaba en mi oficina de Televisa Chapultepec, cuando el terremoto de 1985. Ese día perdí personas queridas y muchas cosas, pero la pelota quedó casi intacta .
Ha sido periodista, empresario, promotor turístico y Gobernador. Asegura que nunca pretendió ser Presidente y lo argumenta:
Como hijo de Presidente, sufrí algo que nunca quise que sufrieran mis hijos: no sabía quiénes eran mis amigos de verdad y me costaba mucho trabajo saber quién me decía la verdad. Con mi papá en la Presidencia, yo era un genio. Al día siguiente de su salida, era más tonto que nadie .
Su faceta más reciente es la de organizador de un evento importante, la cumbre de negocios México Summit 2013. ¿Qué representa esta labor para usted y qué significa para los empresarios y los políticos del país?
Durante 17 años, asistí a Davos. La primera vez, me invitó el señor Carlos Abedrop. Me explicó la importancia de interactuar y platicar con otros hombres de negocios durante tres o cuatro días en un ambiente de iguales. Y me dijo que también me iban a preguntar a mí sobre México.
Había que ir muy enterado de política y economía. Me preparé y fuimos. Estaban el Presidente japonés de fomento, el de American Express, políticos de países como Turquía. Nadie rehuía la plática. Poco a poco, nos acercamos a Klaus Schwab.
Empezamos a acercarnos a los ingleses, japoneses, a los asistentes de América Latina -que no había muchos-; el grupo de mexicanos comenzó a crecer. Juntos viajábamos; íbamos primero a Ginebra o a Zúrich, donde pasábamos unos días y así se formaban los grupos, que luego en México eran importantes.
Nos gustó la idea y aprendimos mucho pero, como por el décimo sexto año, las experiencias no eran muy positivas para México, aunque en ese periodo introdujimos la cerveza Corona en Suiza; una variedad de salsas, tequilas, productos de panificación, vinos, refrescos típicos, como Jarritos.
Hicimos una comida que duró dos días continuos -durante 15 días el chef mexicano Heredia preparó personalmente todos los platillos y con alguna fórmula natural evitó que el guacamole se oxidara al servirlo.
En las recepciones de negocios -no sólo era ir a comer y oír mariachis- poníamos puestos donde los invitados comían, probaban la cerveza mexicana, los refrescos, pero con la asistencia del Presidente -el primero fue Salinas- cada vez iban a Davos más funcionarios del gabinete y la voz de México se escuchaba menos. Cuando el Presidente iba a hablar, paralelamente, había otro evento que le restaba atención.
Fuera de las horas oficiales, se organizaban desayunos con gente invitada por el gobierno mexicano. Esa idea era sensacional, porque se podían lograr encuentros con gente importante, pero la mayoría era gente del sector financiero, no se veía cómo atraer inversiones productivas a México.
Por ese entonces, terminaba mi periodo como Gobernador de Veracruz, y como nunca quise aspirar a la Presidencia de la República, me metí al periodismo con el mismo objetivo que tuve como Gobernador: servir.
Siendo aún Gobernador, previo a los viajes a Davos, le decía a los que iban: ¿Por qué no hacemos un Davos mexicano, lo hacemos aquí en Veracruz, luego en otros estados, que sea itinerante, en el norte, occidente, en el sur?
¿Cuál es el toque mexicano que le da usted?
Como es interactivo, hay un consejo. Hicimos una fundación, entró mucha gente de Jalisco, Monterrey, Querétaro, Puebla, Veracruz. La mayoría, industriales y comerciantes.
En un principio el tema era Inversiones en México , pero la pregunta era ¿cómo ser más independientes del gobierno?, entonces, por el formato importado de Davos, había que invitar al Presidente de México para que hablara pero -a diferencia del foro que se organiza cada año en Suiza, donde habla pero no responde preguntas- aquí sí se las plantearíamos.
Cuando estuvimos en Querétaro, con Calderón como Presidente electo, después de él hablamos Valentín Diez Morodo y yo. Cuando tomé el micrófono, le dije: Señor, juntos, gobierno y empresarios podemos formar un equipazo y jugar a lo que sea, futbol o beisbol, pero en los deportes son muy claras las reglas y todo el mundo las conoce, y cuando se equivoca el árbitro o el ampáyer hay protestas, con conocimiento de causa. Así que no nos preocupan los cambios, lo que no se vale es cambiar las reglas al medio tiempo.
En Monterrey, Calderón dijo de la guerra contra el crimen organizado, y le dijimos: Señor, constitucionalmente, una guerra implica suspensión de garantías y toque de queda. No puede ser una guerra . Después dijo que no lo había dicho, pero está grabado.
¿En México es difícil cumplir la regla usada en Davos de todos somos iguales ?
No. Si asiste, por ejemplo, el señor Slim, está obligado a responder a todo el mundo. Hay temas en los que mucha gente protesta. Calderón una vez había decidido hacer de la Sectur una Subsecretaría. Hoteleros y restauranteros le pidieron reconsiderar la importancia que tenía el turismo.
¿Qué espera de la cumbre de Guadalajara?
Con las cumbres se han logrado alinear proyectos pues, por ejemplo, en Chihuahua no sabían qué se está haciendo en Querétaro, y se han puesto de acuerdo para planear inversiones; en Sonora y Querétaro se han promovido dos universidades dedicadas a la ingeniería aeronáutica.
Guadalajara se debe convertir en el Silicon Valley de México. Todos los productos digitales de México están hechos allí. En Querétaro están haciendo aviones, los franceses están haciendo trenes de aterrizaje y motores; Chihuahua está armando turbinas hasta para el Airbus A-380; en BC se están haciendo maravillas para satélites.
¿Qué papel juega usted?
De promotor. Si jugara para ganar algo o hiciera negocios, no me tendrían confianza. No cobro ni me pagan. Le cuesta al gobierno y a los patrocinadores, pero yo le llevo 900 personas que van a comer, dormir y vivir tres días, y eso deja mucho dinero.
En Guadalajara destacan los temas de reformas, la fiscal y la energética
En este momento, estamos preocupados y queremos conocer experiencias de qué pasa cuando los cambios planeados por un gobierno no se llevan a fondo y qué se puede hacer para irlos implantando o mejorando.
Fiscalmente, es lo más difícil; antes eran contribuciones, ahora, son impuestos, pero ¿qué va a ocurrir? ¿Qué pasa con el crecimiento de México, según el país, el BM y el FMI?
Estamos más conservadores que ellos pero sí creo que el año entrante México crecerá a 3.5%, por todos los cambios que se está produciendo y porque hay gente dispuesta a invertir, a pesar de que la naturaleza vino a poner un freno tremendo.
Quizá ya deje de vivir gente en arroyos naturales y sus casas estén donde deben estar, que no se liciten las obras y los puentes bajo la premisa del ahorro, porque la calidad es pésima, y que los tirantes que los sostienen tengan distancia suficiente para que no se los lleve el agua.
Que las empresas constructoras tengan una responsabilidad para que no metan la pata ; que volvamos a tener trenes de pasajeros, no sólo de carga; que ordenemos a la Policía Federal y a que los municipios tengan su atlas de riesgo y lo tengan al día.
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