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Zona Maco alcanza la mayoría de edad
La feria mexicana de arte contemporáneo por fin es algo más que irreverencia adolescente. Éste es arte que dice algo más.
Lo imposible sucedió: Zona Maco maduró.
Olvídese de la feria que parecía recámara adolescente salida de anuncio de MTV. En 2010, Zona Maco se ha graduó con sus galas más sofisticadas.
Y es que esta vez Zona Maco sí cumple con una regla informal del mundo del arte: si uno quiere ver lo mejor que se hace hoy en día, hay que olvidarse de los museos y los entornos académicos y recorrer galerías.
Ahora sí, el arte contemporáneo más interesante que se puede apreciar en nuestro país está en la feria. No sólo lo trendy, lo exitoso y lo caro: también lo trascendente, lo visionario y lo ineludible.
Trascendente como Daniel Lezama, de los mejores pintores mexicanos, quien trae como parte del catálogo de la galería Hilario Galguera su nueva serie de óleos basados en la novela Bajo el volcán de Malcolm Lowry.
Los cuadros de Lezama siempre han explorado la sexualidad nacional (sensuales matronas provincianas, adolescentes lúbricos con panzas cubiertas por playeras futboleras, charros viriles y perversos). Esta vez, usando de pretexto a Lowry y su renacimiento entre nativos, Lezama aborda la carnalidad terrena indígena: encueró a las indias de Diego Rivera. El resultado es inolvidable y puede apreciarse, y comprarse, en Zona Maco.
Lo ineludible está en el stand de la siempre presente Kurimanzutto, que con una serie de dibujos de Jerónimo Toledo, mejor conocido como Dr. Lakra. Presentes están también obras de Daniel Guzmán y Abraham Cruz-Villegas, otros "sospechosos comunes" del arte contemporáneo nacional.
Interesante como es la obra de estos artistas, quien se roba la escena en Kurimanzutto es Gabriel Kuri.
Lo de Kuri no sólo es divertido, es inesperadamente evocativo y conmovedor. Son reproducciones gigantescas en tela de tickets de compra. Kuri vive entre el DF y Bruselas. Como cualquier persona que viaja, deja su huella: estos tickets, que dan cuenta de la experiencia contemporánea (la prisa, el viaje, la distancia ya inexistente entre México y Bélgica) y son una crónica de bolsillo de la realidad íntima del autor.
Este año Zona Maco es también un centro de encuentro para galerías de toda Iberoamérica. El lugar está lleno de expositores españoles, sudamericanos (especialmente colombianos) y hasta portugueses. Si una tendencia se puede encontrar entre ellos es la reflexión en torno a lo violento y lo ilegal: inmigración, drogas, comercio sexual.
Si es usted coleccionista, de todos modos iba a ir. Pero si además de comprador, es usted amante del arte y quiere conocer qué están haciendo los artistas hoy, tiene que visitar Zona Maco.