Manu Chao ¿enemigo público?

Los dos últimos días en el 24 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el cantante franco-español Manu Chao los vivió a salto de mata.

Sobre el cantante de Clandestino pesaba una amenaza (periódico Milenio, 25 de marzo) de deportación por parte de las autoridades mexicanas por declarar que en los disturbios en San Salvador Atenco, en el 2006, hubo terrorismo de Estado .

Al mismo tiempo en la ciudad de México, el músico inglés Peter Gabriel

y el actor Diego Luna se reunían con el presidente Felipe Calderón para entregarle un documento con sus observaciones sobre la inseguridad y violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Entonces, parece que, a criterio de las autoridades mexicanas, existen dos tipos de extranjeros famosos: los que pueden opinar sobre política nacional y los que no.

Por temor de ser detenido por autoridades migratorias de México, Manu Chao canceló la última de sus presentaciones programadas en el festival, la noche del jueves pasado.

Ese día el director del Festival de Guadalajara, Jorge Sánchez, anunció al nutrido público presentes en el lugar que por razones personales Manu Chao canceló el concierto, y mañana (viernes) se emitiriá un comunicado .

Minutos después salieron del lugar varios extranjeros. La consigna era

que los extranjeros se refugiaran en sus hoteles y esperaran instrucciones, mientras los organizadores del festival solucionaban el conflicto.

El viernes, Jorge Sánchez declaró que Manu es y será invitado nuestro

desde que llegó al país y hasta que lo deje .

Más tarde, en otro comunicado el cantante se reivindicó como uno más de los de San Salvador Atenco y afirmó que nos llegó la información sobre la posibilidad de una orden de verificación migratoria sobre mi persona y que podría derivar en cualquier momento mi expulsión inmediata del país sin previo aviso .

El viernes mismo, la Secretaría de Gobernación declaraba en un comunicado a los medios de comunicación, que nunca hubo ni había investigación alguna sobre Manu Chao.

Verdad o mentira, a esa hora, Manu Chao y sus músicos ya habían puesto tierra de por medio.