Lectura 3:00 min
Hey girl!, una propuesta escénica arriesgada
Todo el espectáculo es el retrato de la jornada de un día de una chica cualquiera, las 24 horas de su día, desde que despierta hasta el encuentro con el otro, y toda la atmósfera que la circunda es traducida en el escenario de un modo muy intimista , dice Costa.
Hey girl! es, además de una forma de llamar a una muchacha en inglés, el nombre de una de las muestras escénicas más esperadas del XXVI Festival de México en el Centro Histórico, porque se trata de una arriesgada puesta teatral a nivel internacional, dirigida por Romeo Castellucci, quizá, el director teatral europeo más innovador y original de la actualidad, reconocido y aclamado fundador de la compañía Societas Raffaello Sanzio, quien presenta su teatro por primera vez en nuestro país.
Todo el espectáculo es el retrato de la jornada de un día de una chica cualquiera, las 24 horas de su día, desde que despierta hasta el encuentro con el otro, y toda la atmósfera que la circunda es traducida en el escenario de un modo muy intimista , dice Costa.
No es un espectáculo feminista, no tiene una intención política explícita, todo el mundo en el público se puede identificar con él, es un retrato neutral de una chica cualquiera, en una jornada cualquiera.
Es también una mirada sobre un paisaje interior, y sobre pasajes que cumple un personaje y por los que transitamos todos, pasajes internos que hablan más que de la condición femenina de la condición humana , agrega la guapa actriz sobre su primer papel protagónico en un proyecto importante.
Efecto visual
El teatro de Castellucci es conocido en el mundo entero por ser predominantemente visual con claros ligues con la plástica, da gran importancia a las imágenes, el sonido y los espacios, a eso se debe la casi minimalista escenografía que consta de pocos objetos, así como personajes figuranti, especie de presencias fantasmales, pero con gran poder simbólico en sus efectos.
Para el caso de Hey girl! un elemento que llama la atención de inmediato es una máscara enorme que emula el rostro de Silvia Costa de tal manera que cuando la protagonista la usa vemos en el escenario a una mujer con una cabezota:
Eso sirve como una expansión. Cuando los figurantes la golpean su cabeza se dilata, es como una expansión del cerebro y de la mente pero también es una alusión a las cabezas degolladas de reinas como María Antonieta .
La palabra es mínima, las voces del protagonista son como susurros, aunque hay mucho lenguaje subjetivo.