Buscar
Arte e Ideas

Lectura 5:00 min

9 recomendaciones para adentrarse a la literatura de Irlanda, isla de santos y sabios

La resistencia parece connatural a los hombres de letras que tuvieron en las verdes colinas irlandesas su tierra natal. Su disposición vital de transgresión como forma de resistir las imposiciones dieron lugar a la creación de grandes obras que por derecho propio están en el corpus de la literatura universal.

Si para el arte contemporáneo todo se juega en un “estoy y lo otro”, los grandes escritores y poetas irlandeses del último siglo parecen agregar “esto, lo otro y yo”, literatura hecha por irreductibles singularidades.

La relación histórica de Irlanda con Inglaterra ha sido determinante para la literatura de la Isla Verde. Como ejemplo de ello, las obras literarias y poéticas de escritores irlandeses que han alcanzado mayor reconocimiento mundial no fueron escritas en gaélico, la primer lengua oficial de Irlanda, sino en inglés, que es la segunda lengua oficial.

Los literatos de la Isla de santos y sabios* son cuerdas tensadas entre dos puntos, que al ser pulsadas vibran dando tonos singularísimos. Sus derivas van del catolicismo al protestantismo, de la mística a la filosofía, del recalcitrante nacionalismo al cosmopolitismo radical, de la identidad irlandesa a sus fuertes lazos con Inglaterra, todas, tensiones presentes en la obra de los autores de la Isla Verde.

Así, la literatura irlandesa es una escritura fronteriza, que encuentra tierra fértil en los entres, en la tensión existente entre dos términos. El caso de Samuel Beckett es paradigmático. El literato escribió Esperando a Godot en francés, para desde una lengua distinta de la materna generar una nueva escritura, línea de fuga ante el dominio que otro gran escritor tenía sobre las letras de su tierra de origen:  W. B. Yeats.

Para cuando Beckett acomete la escritura de Esperando a..., la literatura irlandesa contaba con una fuerte tradición y una figura preeminente en Yeats. La influencia del gran poeta, dueño de una obra poética de intensas visiones místicas, que en un primer momento significó nuevos espaciamientos, terras ignotas, para las letras irlandesas, se tornó después en un dictado para crear al que muchos se resistieron. Beckett, un innovador en la dramaturgia, no sólo buscó resistir a la fuerte influencia que Yeats que su genio ejercía sobre la literatura irlandesa toda, sino a la par expresar su fuerte singularidad, su maniera –término tomado en préstamo a la pintura-.

La resistencia parece connatural a los hombres de letras que tuvieron en las verdes colinas irlandesas su tierra natal. Su disposición vital de transgresión como forma de resistir las imposiciones dieron lugar a la creación de grandes obras que por derecho propio están en el corpus de la literatura universal.

James Joyce llevó a la novela como género con su Ulises a nuevas formas estilísticas y temáticas. Oscar Wilde -el divino Oscar Wilde- no sólo fue un gran escritor, creador de personajes arquetípicos y relatos sin los que la modernidad no se explica, sino también hizo de su vida una obra de arte en sí, actualizando y problematizando —cualidad compartida por las cimas de la literatura irlandesa— el dictum de la Grecia antigua de tener una vida bella, biografía llevada a pulso del genio creador.

Desde que occidente adoptó la noción de autor, es decir, aquél que firma la obra para distinguirla como propia, la obra artística se tornó en la afirmación más acabada de una singularidad. Pocas literaturas nacionales cuentan con tantas y tan fuertes singularidades existenciales. Jonathan Swift, escritor de Los viajes de Gulliver, acabó sus días –nos cuenta J.L. Borges- en una locura que se articulaba en el lenguaje con la repetición rítmica y regular de una frase impenetrable: “soy lo que soy”.

Pero la gran literatura irlandesa no se agota en su tradición, y es a la vez una fuerza viva y actual. Aquí, una selección en la que confluyen algunos de los mas notables autores y compilaciones académicas para dar que el lector acometa la siempre fértil empresa de adentrarse en otras literaturas, en otras realidades, en otras tensiones.

Recomendaciones:

1. Una lengua injertada. Poesía irlandesa del siglo XX. Cruz Yáñez Eva, coord. UNAM, 2003.

2. Ulises (novela), de James Joyce, Editorial Cátedra. Considerada, junto con A la busca del tiempo perdido del francés Marcel Proust, las grandes novelas del siglo XX.

3. Poesía reunida (poesía), de W. B. Yeats, Editorial Pre-Textos. Hay un antes y un después en la poesía del mundo desde que Yeats irrumpió en él con su obra poética.

4. Watt (novela), de Samuel Beckett, Editorial Lumen. Una de las últimas obras escritas en inglés por Beckett antes de comenzar a escribir sólo en francés, en la que se prefiguran sus temas y estilo.

5. El libro de las pruebas (novela), de John Banville, Editorial Alfaguara. La novela más lograda del que se considera uno de los mejores escritores en lengua inglesa de la actualidad.

6. Norte (poesía), de Seamus Heaney, Ediciones Hiperión. La isla está dividida en Irlanda e Irlanda del Norte. Heaney canta en este poemario a su vuelta al Norte, la tierra en que nació.

7. La hambruna y otros poemas (poesía), de Patrick Kavanagh, Editorial Pre-Textos.

8. Los viajes de Gulliver (novela), de Jonathan Swift, Editorial Sexto Piso.

9. El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, Penguin Clásicos.

*Título del ensayo de James Joyce sobre Irlanda, cuyo original en inglés es “Ireland, Island of Saints and Sages”.

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas