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¿Jugadores de ajedrez son más inteligentes?
Un estudio explica por qué los grandes campeones del ajedrez sí pueden desarrollar más su cerebro. Explica también la utilidad que puede dar este descubrimiento, a la vida cotidiana
Los jugadores profesionales de ajedrez suelen dejar perplejos a sus seguidores por su capacidad de realizar movimientos rápidos e intuitivos, lo que nos hace sentir que son más inteligentes que nosotros. La forma en su cerebro logra hacerlo, es revelado por un estudio japonés.
A través del monitoreo del flujo sanguíneo en el cerebro para detectar su actividad, investigadores hallaron que los jugadores expertos de shogi -un juego japonés similar al ajedrez- usan dos regiones cerebrales para efectuar los movimientos cruciales.
Y a diferencia de los jugadores amateur, que usan la región llamada "precuneus" del lóbulo parietal, los profesionales emplean el núcleo caudado en el centro del cerebro.
"Los profesionales están entrenados exhaustivamente por mucho tiempo -más de 10 años- y durante muchas horas por día. Este tratamiento exhaustivo (habría) cambiado la actividad desde la corteza cerebral hacia el núcleo caudado", indicó dijo Keiji Tanaka, del Laboratorio de Mapeo Cerebral Cognitivo del Instituto de Ciencia Cerebral y autor del estudio.
Con ello, el experto concluye que los expertos en ajedrez (o shogi) sí pueden ser más inteligentes, pues desarrollan la habilidad de usar todas las partes del cerebro. La mayoría de las personas, en cambio, sólo desarrolla la corteza cerebral.
¿Para que sirve saber esto?
El autor espera que el estudio inspire investigaciones sobre los poderes intuitivos del núcleo caudado del cerebro y con ello, ayudar a desarrollar más habilidades mentales en las personas.
"Los juegos no serán muy importantes para la sociedad pero los auditores, los investigadores de crímenes, los médicos, todos, necesitan la intuición para hallar el punto de preocupación, el punto de anormalidad", dijo Tanaka.
Otra utilidad estaría para los ingenieros en sistemas, que suelen depender de la intuición para ubicar la fuente de un problema. Los excelentes ingenieros no pueden explicar por qué son buenos, algo muy similar a lo que sucede en el ajedrez", añadió el experto.