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Guerra de bardas de las corcholatas; entre contaminación visual y la ilegalidad
Cientos de pintas han aparecido en la CDMX en las últimas semanas en favor de los aspirantes de Morena a encabezar al partido en 2024. Pese a que podrían considerarse como actos anticipados de precampaña, dicha actividad no se ha sancionado hasta ahora.
En los últimos meses, las bardas de la Ciudad de México se han visto tapizadas por cientos de pintas en evidente apoyo a las llamadas las corcholatas de Morena; una propaganda electoral que se enmarca en la ilegalidad.
El precio por rotular una barda con mensaje político en la Ciudad de México puede llegar a ser de entre 550 y 1,200 pesos, de acuerdo con cotizaciones realizadas por El Economista.
Los rotuladores consultados, quienes en su mayoría trabajan de manera informal, detallaron que en épocas de campañas políticas sus servicios se contratan para un mínimo de 50 bardas, aunque, casi siempre llegan a dar servicios para más de 100.
Es decir, por un trabajo básico para 100 bardas, de un estándar de 6x2 mts cada una, que incluyen fondo en blanco o colores primarios, letras o logotipos, quienes contratan llegan a desembolsar unos 55,000 pesos, ello sin contar que en caso de plasmar algún rostro, el precio puede elevarse otros 150 pesos por barda.
Todo esto al margen de la ley ya que, según lo expresado por los propios trabajadores, ellos son los encargados de buscar las bardas, las cuales suelen pintar sin solicitar permisos, al tiempo que tampoco hay un contrato fijo y no se hacen responsables en caso de que estas sean despintadas.
Trabajamos así, se supone que ahorita no hay permiso, pero hay que pintar donde se pueda, yo sólo mando la ubicación (a quien contrata) para comprobarla. Y (la policía no dice nada), saben que es tiempo de campaña, cuando no lo es sí hay problemas.
“Andamos en varias alcaldías”, señaló el señor Pedro al ser cuestionado mientras rotulaba una enorme barda en avenida Camarones, una de las vías primarias de la alcaldía Azcapotzalco.

Marco legal
La ley de Publicidad Exterior de la Ciudad de México sostiene que la colocación de este tipo de propaganda política se rige de acuerdo con las leyes electorales.
Mientras que la Ley General De Instituciones y Procedimientos Electorales sólo sanciona los “actos anticipados de precampaña”, es decir, la difusión de propaganda entre el inicio del proceso electoral (septiembre) y hasta antes del plazo legal para el inicio de las precampañas (fecha aún por definir).
Lo anterior deja claro que ni las promociones políticas previo al inicio formal del proceso electoral están reguladas, así como tampoco la participación de militantes en su contratación.
Cabe señalar que el artículo 21 de la ley de Publicidad Exterior de la Ciudad de México, advierte que más allá de medios publicitarios denominativos y de información cultural, tapiales, mallas para el arreglo y mantenimiento de fachadas, vallas y mobiliario urbano con publicidad integrada, no se pueden alterar el patrimonio urbano en vialidades primarias.
Lo anterior no se cumple con la pinta de bardas en favor de los aspirantes del oficialismo.
En un recorrido realizado por este diario por vialidades como Eje 6 Sur Trabajadores Sociales, el Circuito Interior Bicentenario, Viaducto Miguel Alemán, Avenida Revolución, Avenida San Jerónimo, Congreso de la Unión y diversas vías primarias y algunas secundarias de la capital, se pudo constatar la pinta de por lo menos 308 mensajes políticos en apoyo a las corcholatas.

Deslindes
Sobre estos actos, en diversas ocasiones los aspirantes a encabezar a Morena como su candidato en las elecciones presidenciales de México en 2024 —Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López—, se han deslindando, bajo el argumento de que ellos no solicitan los apoyos, además de asegurar que es propaganda pagada en su totalidad por sus simpatizantes.
Sin embargo, estos argumentos no han sido suficientes y la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ya ha ordenado a Morena a frenar lo que se considera una estrategia sistemática de las corcholatas para posicionar su imagen a nivel nacional.
Las autoridades electorales concluyen que existe una estrategia de publicidad atípica, por tratarse de propaganda con características y particularidades que denotan identidad en su contenido, en la que se busca posicionar la idea de continuidad asociada a alguna de las corcholatas.




