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Opinión

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Sagradas escrituras

El ISAI es un monstruo inequitativo que atenta contra la eficiencia del mercado inmobiliario y destruye parte del patrimonio de los hogares.

Todos los impuestos duelen, pero unos duelen más que otros. Y los que más duelen son los que más estorban las transacciones de las personas impidiéndoles incrementar su bienestar. El Impuesto sobre Adquisición de Inmuebles (ISAI) destruye parte del patrimonio de las personas y resta liquidez al mercado inmobiliario.

Cuando usted compra una casa y quiere escriturarla tiene que pagar gastos notariales que corresponden en su mayoría al ISAI, mejor conocido como traslado de dominio, mientras que una parte menor corresponde a los derechos que cubren los costos del registro público y una parte aún menor corresponde a los honorarios del notario.

Desde el punto de vista económico, el ISAI es un monstruo inequitativo que atenta contra la eficiencia del mercado inmobiliario y destruye parte del patrimonio de los hogares.

Si usted tiene una inversión de 1 millón de pesos en títulos accionarios de una empresa de telefonía y decide trasladar su inversión a acciones de una empresa de construcción, puede hacerlo a un costo mínimo, ya que la transacción no está gravada. El cambio de propietario de las acciones no generó impuestos porque no generó riqueza. Usted simplemente cambió 1 millón de pesos de acciones de una empresa de telefonía por 1 millón de pesos en acciones de una empresa de construcción. Desde luego que, si eventualmente el cambio en su portafolio de inversiones le genera una ganancia, esa ganancia constituye ingresos acumulables por los que tendrá que pagar impuestos. Si las transacciones de valores generaran impuestos, usted dejaría pasar oportunidades de incrementar su patrimonio y sería menos atractivo invertir en la Bolsa.

Pero si usted es propietario de una casa que vale 1 millón de pesos en la colonia A y decide cambiarla por una casa del mismo valor en la colonia B, se encontrará con la desagradable sorpresa de que no le alcanza. La transacción le genera Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles que va de 0.02% (en Yucatán) a 4.565% (en la Ciudad de México). Efectivamente, usted no puede cambiar su casa de 1 millón de pesos por otra del mismo valor. Si ambas casas están en la Ciudad de México tendrá que conformarse con una que valga menos para poder pagar el ISAI, o bien, tendrá que poner de su bolsa 45,650 pesos. Su patrimonio no cambió, sigue teniendo una casa de 1 millón de pesos, pero será 45,650 pesos más pobre.

achacon@eleconomista.com.mx

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