Sabia la decisión mexicana de no unirse a BRICS

En Johannesburgo, la capital de Sudáfrica durante meses ha habido enormes expectativas de lo que ocurriría en la cumbre de la Unión de países llamada BRICS.   Este es un acrónimo formado con las primeras letras de los cinco países fundadores: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.  Esta unión internacional comenzó en el 2001 como BRIC, y en el 2010 a su nombre se le agregó una “S” al final para denotar que Sudáfrica se añadía como miembro activo.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

El principio detrás de la creación de esta unión de países fue motivado por el interés de esas economías emergentes para manejar colectivamente su crecimiento global y aumentarlo antes del año 2050.

China siempre ha visto a esta asociación de países como un instrumento para aumentar su fuerza y su influencia global. Obviamente, que para que exista un nuevo campeón en la escena mundial, otro tiene que ser destronado, y México siendo amigo, aliado y vecino del campeón actual, rápidamente se dio cuenta del papel tan activo que los chinos han estado promoviendo para reemplazar a Estados Unidos como líder económico mundial.  

La voz de BRICS desde su fundación, ha crecido sustancialmente.  El grupo está usando todo a su alcance para articular como foro, las opiniones y las quejas de los países del Sur Global en sus relaciones con los países desarrollados del norte.

A China le conviene que BRICS no solo crezca como grupo, sino que también evolucione para que se convierta en una contraparte del G-7, la asociación de las siete economías más avanzadas del planeta, cuyo músculo económico ha disminuido por no haberse actualizado. 

Considere usted que si el tamaño de las economías fuera el factor determinante, el G-7 que incluye a Estados Unidos, Francia, Canadá, el Reino Unido, Alemania, Italia y Japón debería haber reemplazado desde hace años a Canadá y a Italia, con China y con la India cuyas economías hoy son más fuertes.

Pero el G-7 es mucho más que solo un club de los países más ricos del planeta. Es también, el grupo de los países mejor identificados con la ideología política occidental y con la interpretación de los principios de la democracia moderna.

La visión china es que los países occidentales quieren seguir partiendo y repartiendo el pastel y por eso quiere tener más influencia, y hasta dominio, en las decisiones de los asuntos mundiales. Su líder Xi Jinping quiere ser el retador que vence por Knock-out a Estados Unidos--el actual campeón.

El problema es que la India, el otro gigante económico, quiere ser líder mundial también.  Aunque el enfoque indio no es de confrontación, sino de asociación. Si el BRICS siguiera ese otro enfoque, entonces lo que resultaría serían nuevas formas y reglas para promover la cooperación entre los países en desarrollo y, sobre esa base, BRICS colaboraría con el G-7. El resultado aportaría nuevas fórmulas para reformar el sistema económico y financiero internacional, que de paso abordaría los grandes problemas globales como los impactos del cambio climático. 

Esto parecería atractivo para muchos países en desarrollo, como México, que precisamente quieren reformar ese sistema de economía y finanzas internacionales. Pero a quienes, en este momento, no les conviene tomar partido con los chinos especialmente porque eso dañaría su alianza con Estados Unidos.

LA EXPANSION DE BRICS

La iniciativa de la India es importante pero hoy día no hay nadie más activo en la escena internacional que China. 

Los chinos reparten dinero a manos llenas en todos los continentes, y ese activismo político, que es por definición anti-estadounidense, busca una capacidad mayor de, al menos en apariencia, brindar beneficios concretos a muchos de los países en desarrollo.

Por ese activismo en la reunión de Sudáfrica la semana pasada, hubo varios países que estuvieron felices de unirse al BRICS; Arabia Saudita, Egipto, Los Emiratos Árabes Unidos, Irán, Etiopía y Argentina.

México siempre ha mantenido abierta la puerta a todos los países, porque nuestra visión ha sido buscar y tener la amistad de todos.  Y ese es el punto hoy aquí; imagínese que México hubiera solicitado unirse a la alianza BRICS, eso hubiera causado enormes cambios y trastornos en todas nuestras transacciones transfronterizas.

México por decisión propia, está unido a Estados Unidos y a Canadá y ahora tiene que mantener su alianza norteamericana.  Uno de los elementos más cuestionados por los cinco países originales de BRICS, y ciertamente por varios de los que se acaban de unir a esa alianza, está en si dejar, o no, que el dólar estadounidense sea la moneda de cambio más fuerte en el comercio mundial.

En pocas palabras: si México se alinea con los BRICS eso podría alterar la dinámica geopolítica en toda la región de América del Norte y en América Latina. 

México se puso del lado de Estados Unidos. Ahora lo que tenemos que hacer es recordarle a Washington que nuestra alianza es a toda prueba, y debemos hacerlo frecuentemente en la misma y claridosa forma en la que a Washington le gusta hablar.

Tome usted en cuenta que un cambio de alianzas de México resultaría en una reconfiguración de alianzas y asociaciones, y eso seguramente impactaría las relaciones mexicanas con otros países, particularmente aquellos fuera del BRICS.

UNA NUEVA MONEDA BRICS CONTRA EL DÓLAR ESTADOUNIDENSE.

China ha promovido algo que llama R5, para ser una nueva moneda de cambio para el comercio internacional.  Los saudíes están metidos en la idea de que al menos habría que explorar cómo quitar al dólar estadounidense de ser la moneda principal de uso en la compra del petróleo.   

Otros como Brasil, ven esto como un camino para facilitar que los países latinoamericanos corten sus vínculos con el dólar estadounidense.

En teoría, y sólo en teoría, una moneda BRICS podría capturar los mercados latinoamericanos haciendo que otras naciones dejen de depender del dólar estadounidense.

Imagínese usted si México fuera parte de esa modificación, eso podría abrir una enorme puerta para que la moneda BRICS acceda y negocie en los mercados latinoamericanos.

Pero la verdad es que crear una nueva moneda internacional es una idea ridícula y hacer que esa moneda R5 de BRICS compita con el dólar es más risible aún.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el dólar estadounidense ha sido el medio de cambio más importante del mundo. Es la moneda de reserva más común y la moneda más utilizada para el comercio internacional y para otras transacciones en todo el mundo.

ATENCIÓN: EL BANCO BRICS SI SERÁ REALIDAD

Crear una moneda validada entre varios países como ocurrió con el Euro, no puede repetirse sin que la fuerza de los países que la crean esté totalmente comprometida.  Para crear eso, los viejos y los nuevos miembros del BRICS, necesitan formar un banco central y por ahora no tienen forma de hacerlo.

Lo que sí dicen que van a crear es un Banco BRICS de Desarrollo, que le haga contrapeso al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional, en el caso de Brasil y Argentina, hasta al Banco Interamericano de Desarrollo. La incorporación de los Emiratos Árabes Unidos y de Arabia Saudita es importante para llevar potencialmente su poder financiero a ese nuevo Banco.

Los chinos están saboreando como una victoria mundial la incorporación de los nuevos países miembros y la creación del Banco de Desarrollo.  

Xi Jinping dejó clara su visión diciendo: “La expansión de BRICS es histórica, y muestra la determinación de los países en desarrollo de unirse y cooperar con las expectativas de la comunidad internacional”.

MUY IMPORTANTE

Mientras, occidente ya quedó advertido que el nuevo orden mundial promovido por los chinos ya dejó de ser una teoría y poco a poco se está concretando. Los países BRICS ya superaron a las economías avanzadas del G-7 en términos de su contribución al producto interno bruto mundial, y el grupo ahora representa casi un tercio de la actividad económica mundial.

Las consecuencias de este ascenso económico ya repercutieron en el comercio. El BRICS rescató a Rusia de las sanciones occidentales. 

China y la India son ya los mayores importadores de petróleo ruso; ignorando las prohibiciones impuestas por la Unión Europea. 

El comercio de China con Rusia alcanzó un récord de $188.500 millones de dólares el año pasado y seguirá creciendo.

Espere usted que el nuevo BRICS con los 5 países que recién se le unieron quede conformado oficialmente en enero del 2024.

Lo importante para nosotros, es que, en un nuevo mundo multipolar, México escogió sabiamente con quién aliarse.