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Ritos y mitos
¿Por qué celebramos la llamada Independencia cuando se inicia un movimiento bélico encabezado por un alucinado que segó la vida de cientos de miles, y no cuando se consuma pacíficamente, así sea por el maligno Iturbide?
Septiembre es el mes. Foquitos, balazos, fuegos artificiales, cuetes y cohetes, puente si se puede y si no se puede también. Ocasión para revelarnos a nosotros mismos, con tales faramallas, nuestro compromiso con el país y nuestra solidaridad con sus habitantes.
Pero a ver, sugiero un momentito de reflexión. El 16 de septiembre de 1810 resuena El Grito, no el del personaje de Munch, sino el del padre Hidalgo. ¿Quién grita? Todos evocamos al cura de Dolores, viejito bondadoso con gesto de determinación. La verdad es que no queda imagen cierta de su rostro. Luego es natural que surjan dudas. ¿Efectivamente gritó este señor? Y si lo hizo, ¿qué gritó? El hecho es que esta voz esforzada y levantada, esta exclamación exaltada, se repite cada año en el palacio federal, 32 entidades federativas, 2,500 municipios, 16 delegaciones del DF, 70 embajadas y un montón de consulados en el extranjero. El de la voz evoca a quien se le ocurra. Hubo quien mencionó a Calleja y otro a su tía Concha. Ya entrados en alcoholes, todos los nombres valen.
La nomenclatura de calles, en vez de repetir hasta la saciedad Revolución, Morelos, 5 de Mayo, 20 de Noviembre, etcétera, debería, para excitar el fervor nacionalista y aprender historia patria, resucitar algunas de las frases inscritas en oro en los anales de la República. Por ejemplo, lo que dijo el Águila que Cae al malvado Cortés: Tú y tus fogatas me hacen los mandados . O: Paz y bien, vamos a echarnos un pulmón , manifestaron en Acatempan los líderes contendientes al darse el abrazo. O lo expresado por Zaragoza para poder entrar a Puebla: López, ábranos la puerta que vamos por Max . O: Los valientes no asesinan , proferido por Guillermo Prieto al salvarle la vida al Benemérito. O aquello del general Anaya: Si tuviéramos parque no estarían aquí .
¿Qué dijeron que dijeron? ¿Efectivamente dijeron lo que se dice que dijeron? Misterio profundo. Otro misterio: ¿por qué celebramos la llamada Independencia cuando se inicia un movimiento bélico encabezado por un alucinado que segó la vida de cientos de miles, y no cuando se consuma pacíficamente, así sea por el maligno Iturbide, el del también dudoso Viva Agustín I proferido por don Pío Marcha?
Un misterio más: ¿por qué 51% de los mexicanos ignora el país del cual se independizó México?, según Parametría, citado por Lorenzo Meyer en Primer Plano, 21-IX.