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Opinión

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Progreso social

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Isaac Katz

La organización Social Progress Imperative dio a conocer la versión 2024 de su Índice de Progreso Social, evaluación de 170 países sobre su nivel de progreso en 2023. El índice tiene como objetivo evaluar el progreso de cada uno de estos países con un enfoque multidimensional, el cual va más allá de la medición tradicional a través del PIB por habitante y también del Índice de Desarrollo Humano que estima el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, el cual, además del PIB por habitante, incluye la esperanza de vida y la escolaridad de la población.

El Índice de Progreso Social evalúa tres grandes áreas. La primera es la de Necesidades Humanas Básicas que incluye nutrición y cuidados médicos básicos, acceso a agua y saneamiento, vivienda y seguridad personal. La segunda es la Fundamentos de Bienestar, la cual incluye acceso a conocimientos básicos, acceso a información y comunicación, salud y bienestar y calidad medioambiental. Finalmente, la tercera área es la de Oportunidades cuyos componentes son derechos personales, libertad personal y elección, inclusión y acceso a educación superior.

La evaluación arroja, para el índice de 2024, que los 10 países que tienen un mayor Índice de Progreso Social son Dinamarca, Noruega, Finlandia, Islandia, Suecia, Suiza, Luxemburgo, Australia, Países Bajos y Alemania. Es importante señalar que todos estos países son democracias liberales, donde rige una economía de mercado con los derechos de propiedad eficientemente definidos y sobre todo protegidos por poderes judiciales independientes, sociedades en las cuales los ciudadanos tienen un marcado respeto por la legalidad, la incidencia de corrupción es notoriamente baja y en varios de estos países, particularmente los nórdicos, están de acuerdo en enfrentar una carga tributaria relativamente elevada a cambio de que el gobierno les provea de bienes y servicios públicos como educación, salud y seguridad personal de alta calidad.

México, por su parte, se situó en el lugar 69 con un puntaje de 68.49, muy lejos de Dinamarca. Respecto de las tres grandes áreas de evaluación, los puntajes fueron las siguientes (entre paréntesis el lugar ocupado de entre los 170 países). Necesidades Humanas Básicas: nutrición y cuidados médicos básicos 86.92 (76), acceso a agua y saneamiento 88.20 (66), vivienda 86.25 (81) y seguridad personal 63.44 (109). En el área de Fundamentos del Bienestar: acceso a conocimientos básicos 80.66 (83), acceso a información y comunicación 74.9 (64), salud y bienestar 51.21 (100) y calidad medioambiental 56.97 (92). Finalmente, en el área de Oportunidades los puntajes fueron derechos personales 62.85 (96), libertad personal y elección 65.25 (71), inclusión 64.62 (50) y acceso a educación superior 40.67 (78).

Como puede observarse por los lugares en el agregado, así como en cada uno de las categorías evaluadas, México es un país con un nivel de progreso social medio, lo cual está en concordancia con el nivel de PIB por habitante de aproximadamente 13,000 dólares anuales así como en el Índice de Desarrollo Humano, donde ocupa el lugar 78 de entre 190 países.

Es importante señalar que en la evaluación 2024, México apenas avanzó un lugar respecto a la evaluación de 2011, lo cual muestra que el proceso de desarrollo económico y humano ha sido notoriamente lento. Peor aun, respecto de la evaluación de 2018 nuestro país bajo su calificación en casi dos puntos (69.49 comparado con 70.42) y, comparativamente, en estos cinco años, es decir, los que lleva el gobierno del presidente López, México retrocedió 11 lugares, al pasar de la posición 58 de entre 146 países evaluados a la posición 69 de entre 170 países considerados, un notable fracaso en el proceso de desarrollo humano. (El país que más lugares avanzó en estos 12 años fue Vietnam y el que más lugares retrocedió fue Venezuela).

Destaca el fracaso del gobierno del presidente López en dos rubros: seguridad personal (en la posición 109 de 170) resultado de la ausencia de una política efectiva de combate a la delincuencia y a la impunidad en la comisión de delitos (“abrazos, no balazos” no es una política que busque reducir la alta incidencia delictiva) y en salud (en la posición 100 de 170) resultado del desmantelamiento del sistema de salud pública con la cancelación del Seguro Popular y el total desastre que ha sido el abasto de medicamentos.

Otros rubros, que vale la pena comentar, se centran en la calidad de vida englobada en algunos conceptos como son calidad de la vivienda, acceso a electricidad, agua potable y saneamiento y calidad medioambiental que incluye contaminación del aire, recolección de basura y reciclaje. Aquí destaca que la mayor parte de estos servicios son provistos por los gobiernos municipales y su cantidad y calidad están íntimamente ligados a la disponibilidad de recursos fiscales. Aquí no sorprende que los pobres resultados alcanzados en estas áreas se deben, en gran medida, a que la mayor parte de los gobiernos municipales, al carecer de una base local sólida de recaudación que debería ser el impuesto predial y depender de las participaciones y transferencias federales, tengan una debilidad fiscal estructural que limita la provisión de servicios públicos locales.

Finalmente, el mayor progreso social sólo puede alcanzarse si el país experimenta un proceso sostenido de desarrollo económico que incluya, obviamente, un mayor ingreso agregado y por habitante y esto no puede lograrse si las condiciones institucionales no están alineadas con este objetivo. Aquí es donde tenemos como país la gran debilidad, misma que se ha acentuado como consecuencia de las políticas adoptadas y la destrucción institucional llevada a cabo por el presidente López.

X: @econoclasta

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