Lectura 3:00 min
México ordeñado
Un eficiente combate al robo del combustible podría recuperar recursos cercanos a 250,000 millones que Pemex destinaba al subsidio de la gasolina.
Con el combate al robo del combustible se podría haber evitado el incremento de la gasolina.
Durante la semana emergió de las catacumbas poblanas un nuevo enemigo de México, los temibles huachicoleros, pasamos de la emboscada criminal a la ejecución extrajudicial, del operativo fallido al operativo abusivo. Palmarito, Puebla, fue el epicentro de la criminalidad mexicana.
Mucho se puede argumentar de los deberes militares, mucho también se puede contradecir sobre la violencia loca de los criminales, cada persona, al observar al soldado morir arteramente o al civil ajusticiado sumariamente, tiene sus propias conclusiones. Al final no queda duda, debe prevalecer el Estado de Derecho.
Trágicamente, mientras Moreno Valle sube en las encuestas del PAN, al estado que gobernó cada vez le salen más problemas desatendidos, la presencia de las bandas criminales del robo de combustible tiene años en Puebla. ¿Será aislado el homicidio de un menor y la violación de una menor y su mamá por esos lares?
Trágicamente, los legisladores siempre llegando tarde, en voz del experimentado y colmilludo Emilio Gamboa, solicitó que se incluya en el periodo extraordinario de sesiones sanciones al robo de hidrocarburos, señaló que es deber del Legislativo proporcionar al Estado mexicano las herramientas para prevenir, combatir y sancionar los delitos que se están cometiendo en materia de hidrocarburos ; ahora sí me asustó el señor Gamboa, ¿de verdad no tenemos una ley que castigue el robo de gasolina. Necesitamos más leyes, o que le digan a Pemex, Policía Federal, PGR, Profeco, autoridades estatales y municipales cómo hacer su trabajo. Porque el combustible robado en algún lado se vende.
Datos oficiales señalan que el robo de combustible sobrepasa, por mucho, los 16,000 millones de litros al año (Informe logros 2016 para el cumplimiento del Programa de Seguridad Pública), un eficiente combate al robo del combustible podría recuperar recursos cercanos a 250,000 millones que Pemex destinaba al subsidio de la gasolina, al menos ese fue el pretexto oficial.
Trágicamente, dicho de la peor manera, se prefirió subsidiar a los huachicoleros que a los mexicanos.
En el México ordeñado la disyuntiva es clara: damos el paso hacia adelante o seguimos en la pretensión del cambio, pero en la realidad de la corrupción y la impunidad . Luis Rubio, Reforma 14/05/2017.
En el Estado mexicano para cada problema se busca una nueva ley que haga más grande el problema. ¡Así o más trágico!