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La importancia de crear una estrategia de salud pública en México como parte de un proyecto de nación 2024-2030…y más allá

En el contexto actual, a poco menos de año y medio del cambio de administración pública federal, la salud pública se ha convertido en un tema crucial para el desarrollo y el bienestar, temas como la universalización, la eficiencia en el uso de recursos públicos (y privados, ver ENSANUT 2023) son cada vez más relevantes en la agenda de quienes seguimos de cerca el análisis político. En México, es fundamental reconocer la importancia de diseñar y ejecutar una estrategia de salud pública sólida como parte integral de un proyecto de nación para los años 2024-2030. La salud de una sociedad es un factor determinante en su progreso social, económico y político. En las siguientes líneas intentaré compartir con usted, amable lector, las razones por las que es materia del ahora tener este sector, y otros de los que no soy experto, en la mira de cualquiera que tengan intenciones de contender en la carrera por las candidaturas presidenciales, así como de quienes juegan un papel vital en la construcción y ejecución de políticas de salud pública efectivas, ya sea en la búsqueda de permanencia y/o de formar parte de un proyecto de nación el próximo sexenio.
Antes de abordar la importancia de una estrategia de salud pública en México, es necesario que examinemos, al menos brevemente, el contexto actual de salud en el país. A pesar de los avances en ciertos aspectos, México enfrenta desafíos significativos en materia de salud pública. El sistema de salud mexicano se encuentra sobrecargado, con problemas de acceso a servicios de calidad, desigualdades en la distribución de recursos y una carga de enfermedades crónicas en constante aumento, sumando a esto que las decisiones en el sector son de largo plazo. De ello que quien se dé a la tarea de coordinar una propuesta sectorial en salud deberá de considerar:
Priorización de recursos: Una estrategia de salud pública bien diseñada permite la asignación eficiente de los recursos (muy) limitados disponibles. A través de un enfoque basado en evidencia, planeación basada en la minería de datos y revisión sistemática del uso de recursos y las necesidades reales del sistema nacional de salud se pueden identificar y abordar las principales enfermedades y problemas de salud de la población, permitiendo una distribución equitativa de los recursos, y cubrir incidencias e imprevistos que puedan desequilibrar al sistema.
Prevención y promoción de la salud: La prevención es clave en el campo de la salud pública. Una estrategia efectiva debe centrarse en acciones preventivas, como campañas de vacunación, programas de educación sanitaria y promoción de estilos de vida saludables, así como la detección y diagnóstico temprano de enfermedades de alto impacto en costo y en la calidad de vida de las personas. Esto no solo reduce la carga de enfermedades (impacto presupuestal), sino que también disminuye los costos asociados con el tratamiento de enfermedades crónicas evitables o, en su defecto controlables.
Reducción de desigualdades en salud: En México, existen disparidades significativas en el acceso y la calidad de los servicios de salud entre diferentes grupos de la población, quienes cuentan con seguridad social y no; esto representa uno de los factores de desigualdad más graves dentro de la equidad en el derecho a la salud que el Art. 4to. Constitucional establece. Una estrategia de salud pública debe abordar estas desigualdades, garantizando que todos los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades para acceder a servicios de salud de calidad, independientemente de su origen socioeconómico, ubicación geográfica o grupo demográfico al que pertenezcan. De ahí la importancia de las NOM, o en su defecto de la obligatoriedad de la observancia de las Guías de Práctica Clínica que establecen la forma en que deben de atenderse los padecimientos, dependiendo de la situación de cada paciente.
Fortalecimiento del sistema de salud: Una estrategia de salud pública integral no solo se enfoca en la atención médica directa, sino también en el fortalecimiento del sistema de salud en su conjunto. Esto implica mejorar la infraestructura (nueva y existente), capacitar al personal de salud (en los tres niveles de atención), fortalecer los sistemas de información (no se pueden tomar decisiones efectivamente sin este elemento) y aumentar la capacidad de respuesta ante emergencias y brotes de enfermedades.
Participación intersectorial e interinstitucional: La salud no es solo responsabilidad del sector salud, sino que requiere la participación de múltiples actores y sectores de la sociedad. Una estrategia de salud pública exitosa debe fomentar la colaboración entre el sector público, el privado y la sociedad civil, así como la coordinación entre diferentes áreas de gobierno, como educación, economía, medio ambiente, ganadería y agricultura, por mencionar solo algunas.
Compromiso de escalamiento presupuestal: Un programa paulatino de incremento programado de la inversión pública, con una participación complementaria del sector privado, manteniendo la rectoría del estado, y apalancando la salud digital para agilizar la reducción de las brechas de acceso.
De ahí que la creación de una estrategia integral para un Plan Sectorial de Salud sólido debe ser una prioridad en el proyecto de nación de México para los años 2024-2030 de cualquiera que busque contender a la presidencia. Dicha estrategia permitirá priorizar los recursos, poner foco en la prevención y promoción de la salud, reducir las desigualdades de las personas que buscan atención médica, fortalecer el sistema de salud y fomentar la participación intersectorial, es determinante mantener abierta la puerta a la consideración de que todos los planes de salud son transexenales, probablemente uno de los errores de implementación más obvios, pero más comunes, en este y cualquier sector. De ahí que reitero lo que he tenido la oportunidad de enfatizar en los espacios donde tengo la oportunidad de escribir, este no será la excepción: URGE UN DIÁLOGO PLURAL Y ABIERTO en el que expertos de los sectores público y privado planteen propuestas. Su experiencia y conocimiento pueden contribuir significativamente a mejorar la salud y el bienestar de la sociedad mexicana en general. Al invertir en la salud pública, México estará sentando las bases para un futuro próspero y sostenible, donde cada individuo tenga la oportunidad de vivir una vida plena y saludable.
Hoy cierro con una frase que se atribuye a Albert Einstein: “Todo lo que el hombre ignora, no existe para él, por eso, el universo de cada uno se resume al tamaño de su saber.”
Oscar Flores cuenta con 25 años de experiencia en el sector de la salud en México y Latinoamérica, actualmente es socio director de una consultoría enfocada en el análisis de las políticas públicas en salud, salud digital y sostenibilidad.