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Hacer negocios en Cuba
Se estima que si Estados Unidos flexibiliza algunas de sus restricciones de viaje, Cuba podría recibir entre 500,000 y 1 millón de turistas anuales.
¿Cuántas veces nos hemos preguntado qué será de Cuba en los próximos años? En mi caso, muchas, y por diversas razones.
Me encontré esta semana con un reciente artículo editado por el Woodrow Wilson Center (wilsoncenter.org), en el cual se aborda el referido asunto desde la óptica de las relaciones económicas entre Estados Unidos con la isla.
Una de las primeras cifras que cita el estudio me hizo cobrar perspectiva del potencial en uno de los sectores más importantes, me refiero al turismo. Se estima que si Estados Unidos flexibiliza algunas de sus restricciones de viaje, Cuba podría recibir entre 500,000 y 1 millón de turistas cada año. Para darnos una idea de lo que 1 millón de turistas representaría para la nación podemos decir que Cuba ha recibido 29 millones de visitantes en las últimas dos décadas.
Más allá del potencial, que me parece fácil reconocer, el referido estudio enfatiza ciertos obstáculos en los que vale la pena reflexionar y a los cuales Estados Unidos tendrá que aprender a enfrentar de manera más eficiente. En éstos están:
1. La relación de la inversión con la protección a los Derechos Humanos. Y es que a pesar de que a muchos les parezca que Estados Unidos es un país que se fija fácilmente en las violaciones a los derechos humanos fuera de su territorio mientras que justifica sus propias malas conductas, hay que reconocer que el sector privado estadounidense es uno de los más vigilados en este ámbito. A los inversionistas estadounidenses, asegura el estudio, no los hace sentir cómodos invertir en un país en el que hoy hay alrededor de 200 prisioneros políticos arrestados por la simple y sencilla razón de disentir con el régimen de los hermanos Castro.
En uno de los sectores en que este fenómeno se ha hecho evidente es en el de las telecomunicaciones, en el cual a pesar de que la administración del presidente estadounidense Barack Obama ha flexibilizado ciertas restricciones para entrar al mercado cubano, muy pocas firmas de esa nación han decidido entrar.
2. La dependencia que tiene Cuba del petróleo venezolano. La falta de independencia energética cubana tiene una larga historia cuyos actores principales son la ex URSS, que en su momento surtía 250,000 barriles diarios de petróleo a la isla, y de manera reciente Venezuela.
Con el régimen chavista, Cuba tiene un esquema de subsidio energético que le sirve de corto plazo pero que no resuelve su conflicto fundamental. Baste con decir que la deuda cubana con Venezuela a 25 años es de 5,000 millones de dólares y el valor del petróleo que Chávez le ha regalado virtualmente a Cuba del 2003 al 2009 se calcula en unos 12,000 millones de dólares.
Los inversionistas estadounidenses desconfían de la dependencia cubana con Chávez. Aun así, argumenta el estudio al que nos referimos, está en el mayor interés de Cuba y Estados Unidos comenzar el desarrollo de una política energética más independiente para la isla.
La administración de Obama ha hecho bien en flexibilizar ciertos aspectos del embargo. Sin embargo, no debe esperar -como lo hacen algunos legisladores estadounidenses- que Cuba haga lo propio.
Para los líderes cubanos esto no es un juego de dar-dar. La única forma de enfrentar el asunto de los Derechos Humanos en la isla y de la dependencia energética cubana es flexibilizar más, así como participar más e invertir más.
afvega@eleconomista.com.mx