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Opinión

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Apuntes sobre desocupación en México

Los políticos se ofuscan cuando disertamos sobre las cifras de desempleo; sin embargo, hay que explicarles que llevamos 24 meses con una tasa de desocupación promedio de 5.35%. Una situación que no se resuelve por arte de magia ni con buenas intenciones mediáticas.

Autor: 

Leonardo Álvarez

Perfil: 

Leonardo Álvarez es economista, es duranguense y derivado de la crisis económica se autoemplea de tiempo completo en la empresa GD Innovaciones y Consultoría, S.C.

E-Mail: 

leonardo.alvarez@prodigy.net.mx

Normalmente, nuestros políticos resultan ofendidos cuando utilizamos las cifras de empleo o las tasas de desocupación para medir el éxito o fracaso de sus políticas de promoción económica.

Por principio de cuentas, la tasa de desocupación (TD) es un indicador del equilibrio del mercado laboral y no de bienestar social. De hecho, cuando existe movimiento en sus tasas, significa que la economía está en dinamismo, que es saludable. Lo que de ninguna manera implica que debamos ignorar sus efectos; al contrario, es un tema que nos debe motivar para estructurar políticas que tiendan a mejorar el mercado laboral e incentivar la apertura de nuevas empresas.

En este contexto, el desempleo abierto no es una medida del rezago social de un país, estado o región, así como tampoco los cambios en su tasa significan que necesariamente esté mejor o peor que antes en términos de ingresos: la TD lo único que señala es qué tan lejos o qué tan cerca está una economía de lograr el equilibrio en su mercado laboral. Su comportamiento obedece a factores cíclicos, estacionales o de coyuntura, como en la actual crisis económica de la que nos tratamos de recuperar.

En este contexto, la medida más completa y objetiva sobre desocupación en México la presenta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Para ello, utiliza la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), con la que mide el comportamiento de la Población Económicamente Activa (PEA) del país.

De este instrumento se desprende que, hasta julio de 2010, el saldo que presenta el gobierno federal en ésta materia es pobre: México tiene poco más de 2.6 millones de desempleados porque la TD se ubicó en 5.70% de la PEA en el mes de referencia (47 millones de personas). Si hacemos un análisis de la TD en los últimos 10 años, de julio 2000 a julio del año 2010, obtenemos que a largo plazo se ha establecido en 3.78%, en promedio, y si comparamos los cuatro años del actual sexenio, la TD promedio mensual se ubica en 4.54%. Por efectos de la crisis económica en la que estamos ubicados actualmente, durante los últimos 24 meses hemos promediado una TD de 5.35%. Una situación que no se resuelve por arte de magia ni con buenas intenciones mediáticas.

Es frecuente que el gobierno utilice los datos del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) para explicar el comportamiento del empleo en un contexto de corto plazo. Aunque es válido, estadísticamente es representativo sólo para un universo aproximado de 25-30% de la PEA, lo que implica que no es un indicador real del comportamiento de nuestra economía porque sólo toma en cuenta los registros patronales de las empresas afiliadas al IMSS. En este sentido, con datos del IMSS, en coordinación con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en julio 2010, nuestro país llegó a 14 millones 440,351 trabajadores afiliados entre eventuales y permanentes. Esta cifra implica que, de enero a julio 2010, acumulamos 559,70 empleos recuperados (3.70%), y que entre julio 2009 y julio 2010, hubo un crecimiento de 632,330 empleos (4.36%), datos dignos de ser anunciados por televisión en cadena nacional por nuestras autoridades; sin embargo, no debe tomarse muy en serio porque la comparación se hace contra 2009, año en el que todos nuestros indicadores cayeron a su más bajo nivel en décadas. En términos netos, entre julio 2008 y julio 2010, apenas hemos recuperado 38,475 empleos (0.27%), sustentados en trabajadores eventuales y no de largo plazo.

Si analizamos los empleos considerados permanentes , es decir, aquellos que implican contratos más allá de tres meses (largo plazo) y para profesionistas en su mayoría el estatus es el siguiente: en julio 2010 existen 12 millones 657,641 personas registradas en el IMSS como permanentes. El saldo entre julio 2009 y julio 2010, es de 412,157 empleo recuperados (3.37%). Pero, al hacer la comparación contra julio 2008, el saldo en empleos es negativo -159,768 (-1.25%).

Estas cifras son más que preocupantes. Más allá de los anuncios y los discursos mediáticos del Presidente y su gabinete, y de la constante obstaculización de las reformas en el Congreso y en el Senado, nos deben comprometer como país a generar opciones de trabajo más allá del mercado exterior y de lo que acontezca con Estados Unidos. Lamentablemente, no hay nada en el horizonte que nos entusiasme o que nos indique que las cosas van a cambiar.

Normalmente, los políticos se ofuscan cuando disertamos sobre las cifras de desempleo; sin embargo, hay que explicarles que llevamos 24 meses con una tasa de desocupación promedio de 5.35%. Una situación que no se resuelve por arte de magia ni con buenas intenciones mediáticas.

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