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Tips para seleccionar fondos de inversión

Los fondos de inversión son el medio más eficaz para apostar por cualquier tipo de activo. Sin embargo, antes de colocar los ahorros en uno de estos instrumentos, es importante recordar que son vehículos de inversión donde el riesgo y la rentabilidad están presentes.

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Los fondos de inversión son la vía más eficiente para apostar por cualquier tipo de activo. Permiten al usuario acceder a cualquier mercado, de la mano de una gestión profesional.

En función de la tolerancia al riesgo, el inversionista deberá apostar una mayor parte de su patrimonio a productos de renta variable o fija. Una alternativa eficiente para combinar ambas opciones son los fondos mixtos.

Los inversionistas que no estén dispuestos a sufrir volatilidades y prioricen la tranquilidad, pueden optar por fondos con un objetivo de rentabilidad que oscila en función del comportamiento de un conjunto de valores.

Sin embargo, antes de colocar los ahorros en un fondo de inversión es recomendable familiarizarse con las características de estos productos. El primer punto a tener en cuenta es que un fondo es un vehículo de inversión. Por tanto, su nivel de riesgo y sus perspectivas de rentabilidad dependen de los activos que tiene en cartera y de su política de inversión.

Es importante analizar variables como las comisiones y el funcionamiento de la garantía, y conocer en detalle los activos en los que prevé invertir el fondo y cuáles son sus objetivos de rentabilidad y riesgo.

Comisiones

Las comisiones que se aplican a un fondo ya están descontadas de su valor liquidativo (el valor de mercado de cada participación). La principal es la comisión de gestión y puede ser determinante en los fondos de baja rentabilidad, como los monetarios. Cuanto más sencilla sea la gestión que requiere el fondo, más reducida debería ser la comisión de gestión. Los expertos creen que la de un monetario no debería exceder 0.3 por ciento. La de un fondo de Bolsa puede oscilar entre 1.5% y 2 por ciento. Además, hay que tener en cuenta que los fondos cuentan con diversas clases de participaciones, cada una de ellas con diferentes comisiones, en función del mínimo de inversión requerido.

Por otro lado, algunos fondos, como los garantizados, cobran comisiones de suscripción y reembolso que pueden alcanzar 5 por ciento. Por tanto, el inversionista ha de ser consciente de que no podrá salir (o entrar) hasta el vencimiento del producto. No obstante, algunos fondos contemplan ventanas de liquidez en los que se puede reembolsar sin pagar peaje.

Garantías

Casi un 20% de la inversión en fondos en España, por ejemplo, se concentra en fondos garantizados que, como su propio nombre indica, garantizan el capital invertido (total o parcialmente), al vencimiento del producto.

Además, en los últimos años se han popularizado los fondos de rentabilidad objetivo. Se asemejan a los primeros en que persiguen una rentabilidad determinada o ligada al comportamiento de un índice o una cesta de valores. Pero difieren en lo fundamental: no garantizan su objetivo, por lo que el riesgo es mayor.

Liquidez

Habitualmente, los fondos ofrecen liquidez diaria, por lo que el inversor puede optar por reembolsar el dinero o traspasarlo a otro fondo (no necesariamente de la misma gestora). La cuantía que obtendrá será igual al valor liquidativo del fondo, multiplicado por el número de participaciones que haya adquirido.

No obstante, en algunos productos, como los garantizados, puede salir caro reembolsar antes del vencimiento. Primero, porque no opera la garantía. Y segundo, porque la estrategia está pensada para conseguir el objetivo al vencimiento, por lo que deshacer posiciones antes de tiempo puede suponer pérdidas (además del pago de la comisión de salida).

Rentabilidades

A la hora de escoger un producto u otro, las rentabilidades pasadas pueden suponer una guía, pero nunca deben ser el único criterio a tener en cuenta, ya que en ningún caso garantizan el éxito futuro del fondo. Por tanto, es importante fijarse en cuestiones como la experiencia y el nivel de especialización que tiene el gestor.

Por otro lado, el dato de rentabilidad en sí no es suficiente. Hay que valorarlo en función del objetivo de riesgo del fondo, las rentabilidades de otros productos de la misma categoría y la obtenida por el índice de referencia al que esté vinculado el fondo. Por ejemplo, un fondo de Bolsa española que ha caído un 2% en el año puede haber hecho un buen trabajo, si el Ibex ha caído un 10 por ciento.

Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica

fondos@eleconomista.com.mx

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