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¿Por qué México recibirá divisas en el 2010?
En el 2010, los flujos hacia México se reactivarán. A pesar de la inseguridad y falta de competitividad, la economía mexicana será beneficiaria del nuevo ciclo global que apunta a la alza.
Durante el 2009, la entrada de divisas hacia México por exportaciones, Inversión Extranjera Directa, turismo y remesas cayeron 20, 41, 19 y 16%, respectivamente. Se espera que el sector externo mexicano haya sufrido un déficit de 1% del PIB en el 2009.
En el 2010, los flujos hacia México se reactivarán. A pesar de la inseguridad y falta de competitividad, la economía mexicana será beneficiaria del nuevo ciclo global que apunta a la alza.
En efecto, las exportaciones, la Inversión Extranjera Directa, el turismo y las remesas son altamente cíclicos y correlacionados a la actividad económica de Estados Unidos.
Así, la fuerza de atracción que ejerce la economía de estadounidense sobre México es tan grande y potente, que es capaz de determinar los flujos de capitales hacia nuestro país.
Incluso, éste parecería ser el argumento del reciente estudio de AT Kearney, en donde México pasó del lugar 19 al ocho como destino predilecto de inversión.
Es decir, la coyuntura (recuperación de EU) más que la estructura (avances en reformas) es lo que ayuda a México.
Por ello, la entrada de mayores recursos logrará financiar un déficit en cuenta corriente que se aproximará a 2% del PIB en el 2010 (las importaciones también aumentan cuando la economía empieza a crecer) y de maquillar las fallas estructurales (desde declives en la producción petrolera hasta la falta de mayor competencia en varios sectores).
No debe haber espacio para malas interpretaciones. Que los flujos de divisas hacia México sean cíclicos, no debe invitar a la complacencia.
Por el contrario, la lección debería ser: fortalecer el mercado interno (para amortiguar los golpes hacia el resto de la economía), flexibilidad en el aparato productivo (para recomponer o redirigir las exportaciones y esfuerzos de atracción de inversión hacia países diferentes de Estados Unidos) y mayor competitividad (pues en plena crisis, otros países se convirtieron en destinos más atractivos).
Ciertamente, en la coyuntura actual sigue habiendo riesgos. La debilidad fiscal de algunas economías europeas ha motivado una renovada aversión al riesgo. Esto explica el reciente repunte del tipo de cambio hacia niveles por arriba de 13 pesos por dólar. Sin embargo, mientras el diferencial de tasas de interés entre México y EU se mantenga, habrá interés por activos denominados en pesos .
A todo esto, habrá que sumar el esquema de acumulación de reservas internacionales.
Todo apunta a que la acumulación de reservas se hará de forma prudencial, tratando de no distorsionar al mercado cambiario.
A mayor plazo, este esquema podría agradarle a las agencias calificadoras. Es decir, la acumulación de reservas internacionales podría derivar en un mensaje de fortaleza económica, atrayendo capitales.
En este nuevo ciclo económico, México debería prepararse con mejor infraestructura turística, apoyos a la innovación tecnológica, énfasis en la calificación de mano de obra, combate efectivo a la inseguridad, regulación adecuada y una política industrial que privilegie la aparición de proveedores locales y mejore las cadenas productivas.
De no ser así, los flujos de divisas hacia México serán meramente inerciales, apenas suficientes para compensar el déficit externo, capaces de mantener al peso estable frente al dólar, pero de poca utilidad para detonar un desarrollo económico sustentable a largo plazo.
*Luis Flores S. es economista Senior de Ixe Grupo Financiero. Su opinión no representa necesariamente la posición de la institución.
lfloressa@ixe.com.mx