Supervivientes de la masacre en la universidad keniana de Garissa, donde islamistas shebab mataron a 148 personas en abril de 2015, dieron testimonio de las escenas de terror vividas, durante el juicio a cinco de los sospechosos relacionados con la matanza.
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El ataque, ocurrido el 2 de abril de 2015 en la Universidad de Garissa, en el noreste de Kenia, fue reivindicado por los insurgentes shebab ligados a Al Qaeda. Se trató del peor ataque ocurrido en este país de África Oriental desde los atentados contra la embajada estadounidense en Nairobi en 1998.
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Cuatro asaltantes fueron abatidos, pero otros cinco fueron detenidos y están siendo juzgados en un proceso iniciado el miércoles. Contra ellos pesan 162 cargos por "terrorismo" y conspiración para cometer un atentado.
Los acusados son Mohamed Ali Abdikar, Hassan Aden Hassan, Sahal Diriye y Osman Abdi, supuestamente kenianos o somalíes, y Rashid Charles, tanzano. Todos han negado los cargos.
Ante el tribunal en Nairobi, los principales testigos narraron el horror vivido cuando varios hombres enmascarados y armados asaltaron el campus al alba.
Rispa Nyang'au explicó que se encontraba en medio del rezo matinal junto a otros 30 estudiantes cristianos cuando vio a "un hombre alto con un rifle", la cara cubierta, que lanzó un artefacto explosivo dentro de la habitación.
"Oí una explosión y vi chispas, antes de que el hombre saliera al hall y empezara a disparar", dijo en declaraciones recogidas por el diario Daily Nation.
Durante el ataque, los asaltantes pusieron en fila a los estudiantes no musulmanes para ejecutarlos.
"Oí que la puerta se abría, y nos rociaron con balas. Poco después se hizo el silencio en la entrada, casi todos mis compañeros habían caído", dijo otra estudiante, Evelyn Chepkemoi, según el diario The Standard.
Chepkemoi, a quien dispararon en las piernas y en la mano, explicó cómo permaneció cinco horas entre sus compañeros fallecidos haciéndose la muerta, hasta que las fuerzas de seguridad entraron en el edificio.
El juicio continuará el viernes y aún deben subir al estrado otros 30 testigos.
La universidad de Garissa reabrió sus puertas formalmente esta semana, por primera vez desde la masacre.
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